Vaya silencio

El colegio de Puerto Badel

Íbamos con miedo, no sabíamos que nos podíamos encontrar. Yo no lo tenía, era Andrés sobre todo. No temía nada ya que no tenía elementos para comparar con otras misas de aniversario de aquí. ¿Será que el miedo necesita un poco de conocimiento de lo que lo produce para que se dé? La cosa era muy sencilla: celebrar una misa de aniversario en Puerto Badel. Ya estuve el domingo, la gente es maja, sencilla, poco practicante pero a estas cosas suelen ir seguro, pensé. Había dos añadidos que la hacían peculiar. En primer lugar era en el colegio público, no hay otro. Esto es lo que más miedo le daba a Andrés, el comportamiento de los niños. La verdad es que es complicado, un día de estos escribiré sobre el colegio María Eugenía Velandía e intentaré explicarlo. El segundo condicionante no daba miedo pero explicaba una parte de la idiosincrasia de este país. El aniversario era de la muerte de tres jóvenes, dos hermanos de 19 y 16 años que eran de Puerto Badel y uno más mayor de 20 de Rocha. Los tres fueron asesinados en una carretera próxima al pueblo.
Esto es lo que me tenía a mi inquieto. ¿Cómo vivirán esto los jóvenes del colegio? ¿Cómo se podrá hablar de esto con normalidad? ¿Qué dirán? La primero que quiero contar es que no han dicho nada. Todo el mundo, menos yo, lo sabía todo y por lo tanto no era necesario explicar. Os cuento un poco por encima. Una amenaza al padre de los  hermanos: ‘te vamos a dar dónde más te duela’. Una casualidad de pasar el joven de Rocha con la moto donde se estaba cometiendo el asesinato y conocer, seguramente, a quien los mató. Así me lo han contado. Nadie ha hablado de esto.
La violencia es algo presente en este país. La guerrilla, los paramilitares, los abusos policiales, los controles por la carretera, el ejército por los campos (lo he visto siempre que he salido a alguna capilla o un viaje). Violencia que engendra violencia. Es una constante las últimas décadas de este país. Una guerrilla revolucionaria que comienza buscando la defensa de los pobres y un cambio de sistema; los paramilitares, que con la vista gorda del gobierno, crecen para ‘defender con las mismas armas’ sus intereses; el gobierno y las fuerzas armadas que abusan del poder que le da su uniforme para abusar de la dignidad del hombre… ahora todos, parece, con un único interés común: el narcotráfico, el dinero de la droga. Eso dicen por aquí. Un interés común con distintos disfraces.
En el colegio de Puerto Badel todo muy bien. Los miedos se transformaron en felicitaciones por el comportamiento. Los jóvenes, unos de píe y otros sentados, se han comportado de maravilla. Hemos predicado los dos (creo que ha sido breve aunque habría que preguntárselo a ellos), hemos cantado, hemos celebrado la Eucaristía, hemos recordado a sus amigos… ¿Por qué tanto miedo si Él va con nosotros? Hemos presentado al Dios de la Vida y del Amor. Sopla vida al barro porque nos quiere vivos, alegres, con sentido, disfrutando. Tiene entrañas de misericordia, es un Dios-madre que nos da la vida y nos ama. Nos da el amor como herramienta para que aprendemos de Él para poder transformar el mundo.  Este es su proyecto: que nos amemos, que formemos una familia, que seamos fraternidad. Lo que pasó hace un año no es de Dios, es de los hombres que no le conocen, que no saben de El, que quieren ser dioses de la muerte y del odio… hay que elegir.
Quiero ser más corto que otros días pero empiezo a escribir y no termino, otro día que no lo voy a conseguir. Sólo una cosa más. En segunda fila, con uniforme, estaba la niña que conocí el domingo y que estaba embarazada y tenía dieciséis años, Marisel, que tendrá un niño en enero. No me miró, hablamos el domingo, la busqué con la mirada… es una niña, es tímida. Pensé en mis alumnas de cuarto de ESO. Esto también es parte del Dios de la Vida del que les hablaba. La rueda de molino entra en funcionamiento a toda velocidad: nombres, situaciones, posibilidades… Me hubiera gustado abrazarla, sonreírle, animarle para seguir adelante. ¿Sola? ¿En aquel barrizal de pueblo? No pude, se fue… mañana quiero volver hay una misa, preguntaré por ella.
Poco antes de comenzar la misa aniversario
Al salir de la clase que habíamos usado de capilla un joven llevaba un cartel con la letra de un ‘regeton’ que uno de los hermanos asesinados había compuesto. Lo colgaron en la reja de la sala de profesores. La letra era muy sencilla: amor, baile, chicas, sexo, placer, amistad, felicidad, música… Pensé también en mis alumnos.
Andrés perdió el miedo enseguida, al comenzar había un silencio que se cortaba en el aula. Nadie hablaba, nadie cuchicheaba, todo el mundo atendía. No era cualquier cosa lo se recordaba era el misterio de la vida… y aquí se entiende bien lo que significa, lo que cuesta y lo que vale. 
Ciénaga de Gambote al atardecer. Sosiego y paz

Comentarios

Julián ha dicho que…
Cuantas veces queremos matar al DIOS DE LA VIDA... Todo eso de la volencia de algunos (por llevar uniforme o por querer defender sus propios intereses) me suena. Ya lo viví en El Salvador (niños de uniforme que en cualquier momento podían comenzar a disparar o abuso de poder de los que llevan uniforme, que te "respetan" por ser europeo)... Pero esa actitud esta en cualquier rincón también aqui (en el "Primer Mundo")... Gente marginada (o no), con miedo a que les quiten lo poco que les "corresponde"... Oimos a menudo "Estos "rumanos, moros..." que vienen a quitarnos lo poco que nos dan". Y por otra parte lo que dices de vivir la fe (cuantos pensamietos sobre esto). Luchemos (pacificamente) por que se instaure en nuestra sociedad el DIOS DE LA VIDA. Un abrazo.
merleta ha dicho que…
Acabo de ver por la tele que hoy hay elecciones en Colombia. Hay hablado como tú de violencia, de abuso de poder, de tráfico de drogas... Es difícil para mí, imaginar que te puedas sentir en un "paraíso" con tanta inquietud alrededor. Aprovecho para desearte un buen viaje de regreso a nuestro viejo y apagado continente. Saludos cordiales.

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