Modesta


Os presento a Modesta. Parece africana, como muchos ciudadanos de este país. La realidad multiétnica es patente en cada rincón, algo que hay que reconocer, respetar y querer. La encontré en Puerto Badel, a este pueblo he ido tres veces durante los diez días. El P. Andrés dice que me voy a convertir en su párroco. Cuesta más de una hora llegar desde Arjona, la pista está llena de agujeros, no son baches es lo siguiente. Con las lluvias se llenan de agua y no se ve su profundidad. Lo que más duele después del viaje es la espalda. Tengo que deciros que a mi me dio igual, me dormí en dos ocasiones.
Vuelvo con Modesta. La encontré en la calle y me acerqué. Me presenté y estaba convencido interiormente que tenía una historia para contar. Le pregunté por sus hijos. Creía que me iba a decir que un montón. Cuál fue mi sorpresa al responderme que no le había dado ninguno Dios. No sabía como seguir mi conversación. Le dije que seguro que había cuidado a muchos niños del pueblo, me dijo que sí a muchos durante toda su vida. Me alegró. Le miré a los ojos, se estaba emocionando. Le dije que seguro que ellos la querían mucho y se lo demostraban muchas veces. Me dijo: ‘La que más me quiere esta en Miami’. Seguro que la llama muchas veces, afirmé. ‘Todos los días’. Modesta iba a la tienda a comprar, le di un beso, sonrió. Me hizo feliz compartir su historia… no la deseada por mi, sino la suya. Su sonrisa al hacer la foto habla por si misma. 

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