Calma

Bajo la etiqueta de Historias que continúan voy a publicar unas pequeña historias que he escrito para una tutoría de Pastoral en el cole. Son nueve pequeñas historias inventadas sobre sentimientos, emociones... Se trata de continuarlas, de darles continuidad, de imaginar como sigue, de partir de la emoción o el sentimiento y darle vida, historia, realidad, posibilidades... ¿Te atreves? 



Calma

Le encanta a José ir a visitar a su abuela. Está siempre sentada en la mesa camilla del salón de su vieja casa. Va siempre corriendo, tira la bicicleta al lado de la puerta, sube corriendo las escaleras… saluda a toda prisa, le pide un trozo de aquella torta que hace para sus meriendas, se quiere ir corriendo pero se sienta un momento también en la mesa camilla… Ella, que lo quiere con locura, lo mira, no le dice nada, lo coge de la mano, le pide en el silencio que se coma la torta tranquilo…  Sentado a su lado, se le han pasado las prisas al sentir la caricia de la mano rugosa de su abuela, ha dejado de ser importante para él el tiempo… La abuela empieza a contarle una preciosa historia de su juventud cuando era como él, y ayudaba a sus padres con el pequeño rebaño de los corderos, en el campo aquel donde la montaña comienza a empinarse… Él se llena de tanta paz que le gustaría poder enseñarles a sus amigos la calma que su abuela le trasmite cuando deja de correr y sienta a su lado… 

Siempre la última palabra la tiene la Palabra


Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola’ (Lucas 10, 41-42)

Comentarios

Entradas populares de este blog

Grito de paz en medio del grito de los inocentes.

Dolor compartido

El dolor de la víctimas