La semana





Algunos dicen que empieza el domingo ya que es el ‘primer día de la semana’ cuando las mujeres encontraron el sepulcro vacío. La verdad es que empieza el lunes. Es el comienzo de un puerto de montaña, como en una carrera ciclista. Quedan unos cuantos kilómetros para llegar a la meta. La veo lejos, hay que recorrer muchas pequeñas emboscadas, recovecos desconocidos. Estamos empezando, ya veremos. El martes es un día bueno, hemos empezado a subir y no se puede volver, estamos en el tajo. Adelante. Un pequeño avituallamiento a media mañana, alguna risa, sudor, lágrimas. También un trabajo diferente, compartir proyectos, análisis de la realidad y planificación. El miércoles descubres que la meta está cerca, se empieza ver una pendiente que se va a terminar coronando. El jueves es un día de esperanza, de descubrir que hay que poner el acelerador para poder llegar a la meta deseada. Por fin es viernes, san viernes dicen algunos. Es la meta esperada. Este día tiene un maravilloso final, trabajo de equipo, Palabra, creatividad, propuesta.... Parece la meta, pero no lo es. ¿Meta?, no todavía no. Queda un falso llano que se llama sábado. Otra tarea, otros momentos de responsabilidad. La meta está cerca, meta que es descanso, encuentro, sosiego, Buena Noticia. ‘Venid a mi los que estáis cansados y agobiados’. Un respiro y de nuevo lunes. El tiempo pasa muy rápido, no podemos detenerlo. La ‘carrera de la vida’ no se detiene. Adelante. En el camino muchos hermanos, muchos encuentros, muchos momentos, muchos segundos, muchos cansancios, algún desespero, alguna alegría, confidencias, amistades, familia… Maravillosos momentos de crecer, de animar, de participar y de vida. No estoy solo, es con el otro (Otro) con quien camino, el va conmigo, ‘su vara y su cayado me sostienen’. ¿Por qué la tristeza? ¿Por qué la pesadez? ¿Por qué el cansancio?
¡¡Por fin es lunes!! A subir, a encontrarse, a darse.











Comentarios

Entradas populares de este blog

Grito de paz en medio del grito de los inocentes.

El dolor de la víctimas

Dolor compartido