Sin rumbo


Comenzó otra semana y no he tenido tiempo de escribir. Lo siento mucho por los que acudís todos los días. La verdad es que no encuentro tema, tiempo, paciencia y sosiego para hacerlo.
Me han pasado cosas estupendas estos últimos días (no hay ironía en ninguna de ellas).
He ido a comer a un chino comida de aquí, pedí potaje. He trabajado un documento durante parte de la mañana y en un minuto (literal) un profesor ha hecho una propuesta maravillosa para organizar la actividad. Me quedo a la hora de comer para trabajar y tengo que hacer portería. Intento animar a una amiga y resulta que estoy desanimado. Leo la Palabra desde el ambón y nadie lo hace desde ahí los domingos. Quedamos para preparar una reunión y organizamos una convivencia. Me mandan un programa de trabajo y todavía no he reservado o pedido el sitio donde hacerlo. Busco una foto para el apunte y no encuentro ninguna, elijo una al azar. Planifico irme un ‘finde’ al pueblo y quizá me tenga que quedar…. Esto en solo veinticuatro horas.
¿Qué pasa con la planificación? ¿Todo tiene que ser diferente?
¿Será el Espíritu?
Quizá
Amén

Comentarios

nieveardia ha dicho que…
mira, ¿sabes qué? que lo mejor es dejarse llevar por el río de la vida. Un río salvaje que discurre por paraisos inimaginables. A veces sientes el impulso irrefrenable de hacer algo a lo que no encuentras mucho sentido desde nuestro punto de vista..."planificador", desde nuestra obsesión por "la estabilidad" que desde pequeños nos han enseñado. "Tu gana una oposición, y cómprate un piso y cásate para siempre, y vive siempre en la misma ciudad, y viaja sólo en verano...." y nos han matado al ser creativo y libre que llevamos dentro.
¡¡Hay que volar!! y no esquivar las tormentas, sino aprender a bailar bajo el agua.
LO QUE SIENTO ha dicho que…
Me gusta tu comentario.
Hoy le he dicho a una amiga que quería volar. Es verdad volar sin aletear, volar sin rumbo, volar sin tocar el suelo sucio y polvoriento, volar hasta el agotamiento, volar de árbol en árbol...
Me gustaría también bailar bajo el agua cada día, estar cubierto de una capa aislante para bailar sin miedos, bailes sin prisas, bailar sin descanso, bailar sin ritmo y con ritmo, bailar sin hundirme, bailar cuando estoy hundido...
Me gusta... por eso no lo voy a planificar... como alguien me lo proponga, sin pensar, me lanzo a volar o a bailar en el agua. Alguien dijo: no tengáis miedo.
Anónimo ha dicho que…
Entiendo lo que te pasa porque llego cada día a trabajar con una lista de cosas importantes por hacer y cuando vuelvo a casa me doy cuenta de que no he hecho la mayoría de las cosas que tenía previstas. Esto me agobiaba porque yo quería ser eficaz y lograr mis pequeñas metas diarias y un día alguien me dijo que la gente me buscaba para hablar conmigo, que yo era amable con la gente, que no miraba el reloj cuando estaba con los que me necesitaban...creí que era una broma.
Hablo mucho y siempre voy acelerada...pero me encanta que la gente me vea así.
Quiero que sea verdad, que detrás de mis obras hay amor, es lo único que tiene sentido ¿verdad? Quizá quien decía eso de mi supo ver más que otros o más que yo misma, pero ya no lo podré saber, no está para preguntarle.
Es muy bonito eso que decís del río de la vida y de volar pero yo quiero dejarme llevar lo justo para que mi vida esté abierta al amor de los demás y al amor de Dios. Para seguir encontrando cada día su reflejo en lo que me ocurre y ser dócil para dejarle actuar en ella.

Besos a ambos.
E

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