Sonrisa
Es una de las cosas más maravillosas que podemos regalar, es
gratis, fácil de hacer. Es única e irrepetible, podemos hacer miles y miles sin
cansarnos y sin cansar. Transforman lo que 'tocan' y a quien se dirigen,
incluso se pude personalizar para el momento o para el receptor, sea lo que sea
siempre que sea de verdad deja una huella indeleble. Las hay falsas pero se
distinguen bien aunque estén hechas de los mismos materiales. No hace falta
aprendizaje, nacemos sabidos y con toda la carga competencial para realizarlas.
No llevan ni código de barras ni pagan IVA. Su nivel transformador es muy alto
y de unos efectos inmediatos. No necesitan envolverse para descubrir que son un
regalo. No tienen edad ni para producirse, ni para recibirse, cualquier edad es
buena para gozar con ellas. Muchas veces son la antesala de una amistad o algo
mucho más profundo. Si te despiden con ella es menos despedida y una acogida
con ella es sentirte en tu casa, con los que te quieren. Esconderla es
perderla y esto produce la mayor parte de las ‘patas de gallo’ de los
rostros. Es un lenguaje universal, todo el mundo lo entiende. Nada a su
alrededor se marchita, todo es capaz florecer. Dicen algunos que producen luz,
que iluminan. El nivel de contagio es elevadísimo, es difícil que si te dan una
no devuelvas tú, esa más otra y quizá una tercera. Por más que se empeñen en
modificar ‘el escenario’ o lo pinten en blanco y negro… siempre es posible que
una lo vuelva a pintar de todos los colores… Sonríe, por favor, sé contagioso.
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