Un proyecto interesante y real
Un casa de formación en Madrid para todas las provincias de
España o Región Ibérica (¿os gusta más así? ¿resulta más cómodo llamarlo así?) donde
los jóvenes profesos puedan compartir su itinerario de formación viviendo en
comunidad, compartiendo sus experiencias pastorales, sus sentimientos ante una
realidad cambiante… Un comunidad con dos o tres profesos solemnes como
formadores. Una comunidad abierta a jóvenes tanto de Madrid como de otros
lugares de la Región Ibérica que puedan visitarlos, tener una experiencia de
oración y fraternidad…
Es posible, es urgente, es ahora y es real.
Posible: tenemos
la casa, el espacio físico preparado para hacerlo. Hay un centro teológico de
prestigio y abierto a acompañar esta formación, con experiencia y cercano a la
vida religiosa, con propuesta de cercanía a los signos de los tiempos:
Universidad de Comillas a la que ya hemos estado vinculados a través de nuestro
Prior General y los estudiantes de la Provincia Bética.
Urgente: si lo
retrasamos después de los Capítulos es tarde, es dejar pasar una oportunidad. Hay
jóvenes en las cuatro provincias… ¿Quién dice que no podrían venir de otras
provincias de Europa? Van a terminar el noviciado o lo terminaron el año
pasado. Serían una comunidad de seis o siete personas… Maravilloso.
Real y fácil. Se
genera la comunidad de religiosos profesos solemnes… entre las cinco
comunidades que hay en Madrid es elegir a tres religiosos que puedan formar un
equipo que acompañe… podrían seguir durante este año, en parte o todos, sus
trabajos en las comunidades respectivas. En esas comunidades también podrían
realizar trabajos de pastoral los profesos, siempre con control y
acompañamiento. Unos pequeños movimientos de hermanos que conducirían a vivir
con gozo un proyecto conjunto de la Región Ibérica…
¿Qué falta? Decisiones, disponibilidad, salir de nuestra
zona de confort, perder miedos, dejar cosas, empujar procesos… ¿financiación? Noooo…
eso seguro que no. No hace falta ni compromiso escrito, solo deseos de vivir
intensamente nuestro carisma y espiritualidad desde la disponibilidad de corazón
para dejar sitio, para liberar lastre, para asumir tareas… Quizá esta sea la
mejor manera de crecer en la unidad de las provincias.
Comentarios
Le pido a Dios que a muchos jóvenes les abra el corazón para que decidan dar su vida por la causa del Reino, en la Orden del Carmen.
Eso si, no os olvidéis del acompañamiento, desde el mismo momento en que una persona entre por la puerta. Las personas necesitamos a alguien a nuestro lado, que nos comprenda, que nos haga reflexionar, que nos recude en que tenemos que seguir creciendo... Partir de las potencialidades para hacer "personas de verdad" (con todo lo que eso supone). Y en este acompañamiento/formación también puede tener sitio personas laicas ¿por qué no? Que hablen desde su experiencia...
Le pido a Dios que apoye este proyecto desde el primer día... Mucho ánimo!