Adormidera
El Roto,
dibujante de El País, al que le acaban de conceder el premio
Nacional de Ilustración publicó ayer en su columna el dibujo que ilustra
este comentario. No necesita comentario. Lo estoy viviendo. Parecen
revolucionarios (tres días de huelga en la enseñanza pública apoyados por sus padres ya que la mayor asociación de padres de la escuela pública también la convocó), parecen alguien que puede cambiar el mundo (son el futuro, ocuparán los lugares de decisión en él), parecen auténticos
hombres y mujeres libres (exigen el uso de la misma en cada cosa, en cada propuesta), parecen los que se van a comer el mundo (tienen energías para eso y más)… y resulta
que ante una adormidera en forma de botella ayudada por la permisividad de los adultos que los acompañamos, la ausencia de todo tipo de normas, las puertas cerradas a cualquier tipo de control en sus lugares de ocio y encuentro, del dinero que no existe y permite adquirir sustancias nocivas para la salud, el dejar
hacer y mirar para otro sitio, el no dar importancia por el hecho de ser sólo una semana o diez días o el fin de semana, de autoconvencerse que no pasa nada…se convierten en muñecos rotos, mentes perdidas en océanos
etílicos. Esos jóvenes (menores edad) que gritan ¡¡libertad!! y una mundo más justo o una
educación de mayor calidad… al esconderse detrás de una botella y agarrarse a
un vaso dejan de ser ellos mismos y se convierten en veletas que otros hacen
girar y girar...
¿Quién se está forrando con todo
esto? Por favor, necesito que alguien me lo diga, que alguien salga a la
palestra y diga quien es el
que se beneficia por el hecho que unos ‘niños’ estén tirados en las aceras, que
se pueda beber en la calle, que se llenen las urgencias… Se benefician los que
no reciben los gritos al pedir justicia, dormidos molestan menos. Se benefician los que cobran grandes
impuestos al legalizar la adormidera en forma de botella. Por último se
beneficia el que la vende.
Por favor que alguien pare esta
auténtica locura. Es una
especie de concurso de Les Luthiers
titulado ‘El que piensa pierde’. No entiendo nada, que alguien ponga coto a
todo esto. Esto si que es una crisis de verdad y no esa que llena los periódicos
cada día.
¿Quién se beneficia de esta
adormidera legalizada? ¿A quien beneficia que la energía de estos jóvenes esté
dormida, apagada o perdida? ¿Quién permite que la adormidera corra por las
calles sin ningún tipo de coto o control para cualquier edad, en cualquier
circunstancia?... Todas las preguntas conducen a la misma respuesta… Pues eso.
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