Preciosa síntesis



Me da un poco de vergüenza ya que mi intención al abrir esta ventana era publicar mis pensamientos, mis reflexiones. Quería intentar no copiar, ya lo hago en otros momentos (retiros, charlas, clases…) pero hoy no puedo resistirme. Esto que os voy a copiar me da vueltas a la rueda de molino durante toda la semana. Es algo que he pensado mil veces, que ha movido mi vida desde joven, que explico muchas veces con preguntas y nunca con afirmaciones, que creo que es la síntesis de lo que debe ser la vida de un seguidor, de un discípulo, la clave de una vida de vocación y respuesta, es lo que yo llamo el ‘encuentro con Él’. Son unas líneas del comentario de Pagola al evangelio de este domingo que publica eclesalia… y son maravillosas. Ahí van:

Con Jesús «comienza» algo nuevo…Jesús es el comienzo de algo nuevo e inconfundible. … Jesús es una «Buena Noticia». Algo nuevo y bueno… al encontrarse con él (experimentamos) una sensación de liberación, alegría, seguridad y desaparición de miedos. Cuando alguien descubre en Jesús al Dios amigo del ser humano, el Padre de todos los pueblos, el defensor de los últimos, la esperanza de los perdidos, sabe que no encontrará una noticia mejor. Cuando conoce el proyecto de Jesús de trabajar por un mundo más humano, digno y dichoso, sabe que no podrá dedicarse a nada más grande. Esta Buena Noticia es Jesús mismo…

Jesús es la novedad. ¿Por qué nos empeñamos en volver a lo viejo: clericalismo, ‘sacerdotismo’, ‘ritualismos’, normas, cumplimientos, grandezas, oros y puñetas….?
Jesús es la Buena Noticia. ¿Por qué en la sociedad de hoy en día nuestro mensaje suena a rancio? ¿Cómo es posible que el mensaje del encuentro, del amor, del servicio, de la entrega, de la generosidad, del darse… suene a antiguo en nuestra sociedad necesitada de todo esto? No lo entiendo. ¿Serán las formas? ¿Serán los portavoces o voceros del mensaje? Sigo sin entenderlo.
Jesús se encuentra con nosotros. ¿Quiénes somos los mediadores? ¿Cómo vivimos los que le tenemos que presentar para poder ayudar a que otros se encuentren con Él? ¿Dónde se produce ese encuentro? ¿Necesita incienso o es mejor mesa? ¿Quiere comer con nosotros o sentarse en las sedes? ¿Está arriba o sentado en las escaleras de la entrada? Nos tendremos que hacer estas preguntas algún día y ser valientes de responderlas desde el corazón, desde la verdad, desde la raíz y no desde ‘los medios más adecuados para difundir el evangelio a cualequier rincón del mundo con una nueva evangelización’(a mi esto ya me está sonando a excusa) … ¿y nuestro rincón, el de al lado de casa, el del que llama a la puerta pidiendo algo, solicitando abrazo? ¿Ese rincón cuando se evangeliza y cómo?
Si no libera, no da alegría, si no trae esperanza, si no humaniza, si no propone felicidad, si no comparte, si no da…. Nuestro proyecto de seguimiento no es el suyo, no le estamos siguiendo a él, no facilita el encuentro, no es propuesta para otros. La relación con él, la que tenemos que cultivar y proponer, es de ser amigos, confiados, sin miedos, cercanos, cómplices de su novedad, colaboradores de su mandamiento. La libertad debe ocupar un lugar privilegiado en todo esto. El ordeno y mando debe dejar paso al propongo y acompaño desde el respeto y la dignidad del otro, que aunque pecador como yo, también es amado y capacitado para el encuentro con Él.  
Es la mejor noticia y cuando lo conoces se convierte en el proyecto más grande: trabajar por un mundo diferente donde los indignados (privados de su dignidad, de sus derechos y no sólo los que salen a la calle a gritar por ellos para recuperarlos) son escuchados  y llenados de dignidad, donde los últimos recuperaran la dignidad de los primeros, donde la ‘justicia y la paz se besan’, donde la fraternidad se hace vida…
¿Me lo creeré algún día? Llevo mucho tiempo intentándolo. 

Comentarios

Julián ha dicho que…
Me ha encantado y es bien simple: vivir el Evangelio, con el que está a mi lado, con-vive conmigo. A mi también me cuesta creermelo, no, vivirlo. Ojala El nos de fuerzas para llevarlo adelante.
La Navidad un buen momento para vivir esto ("Lo que siento", con tu permiso) os invito a todos, en esta Navidad, a compartir tiempo con los más necesitados, porque no en el albergue para transeuntes de Castellón, ¡simplemente dando AMOR!

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