Decidir


Quizá ya haya escrito algo sobre esto. La verdad es que no me apetece nada repasar mis pensamientos o sentimientos escritos sobre este asunto. Lo primero que tengo que decir es que es un rollo, no lo de escribir sino lo de decidir. Lo segundo que he decidido escribir sobre ello.
Acabo de decidir poner punto y aparte. Cada cosa, cada momento, cada situación… una mirada, un sms (lo siento por los muchos que mando a veces a mis amigos), un email, la hora de levantarme, preparar una clase o no, poner cinco o seis preguntas en un examen… todo es decidir. Decidir la camisa que me voy a poner .Hoy, por ejemplo, he decidido quitarme la camiseta interior. Una importante decisión ya que puedo acatarrarme y por lo tanto mi tos asmática puede empeorar. También he decidido no hacerle mucho caso al médico del asma, hace mucho que no pido cita. Hablando de citas, he anulado una. Quizá haya sido la gran decisión de mi vida, parecía una persona interesante. Decidí hace tiempo centrarme en mis relaciones con personas interesantes y esta era una de ellas ya que estaba relacionada con la pastoral juvenil. Menuda decisión la del día que opté por dedicar parte de mi tiempo a esta tarea de estar con jóvenes y buscar entre ellos y yo un vínculo que no fuese otro que la fe, que seguir a Jesucristo. Esta si que ha sido una gran decisión la de responder a su llamada con un proyecto de vida concreto. El proyecto de vida está lleno de decisiones. La vida es una decisión. Una amiga me mando una vez cien razones para vivir, cien decisiones para poder ser feliz, ese era su proyecto. Había de todo desde grandes decisiones como por ejemplo ejercer una profesión que ayudara a la los demás, como la de no decir nunca que no a una onza de chocolate. Menuda decisión esta última, hace falta valor para decidir eso y saber que todo ‘se va a acumular ahí donde todos sabemos’.
Decidir es perder pero también es ganar. El que decide quedarse quieto pierde movilidad, pierde futuro, pierde posibilidades, pero gana en continuidad, en estabilidad, en monotonía. Gana en control pero pierde en riesgo que hace que las cosas cambien y existe una posibilidad de un cambio a mejor. Que complicado esto de la decisión y la equivocación o el acierto. La opción por un camino u otro no es fácil, desde siempre ha estado presente en el hombre, es propio de su condición, hay referencia en los mitos griegos, en la historia de los patriarcas hebreos.
Humildemente creo que una clave del decidir es hacerlo con libertad, sin condicionantes, sin presiones, sin empujones interesados. No se pude decidir sin libertad. Una clave también importante para la toma de decisiones es el tener información para valorar y sopesar las consecuencias de la decisión, que no sean esas consecuencias o en su caso circunstancias las que te empujen a tomar la decisión. En ese caso no es ni libre ni positiva, otro lo está haciendo por ti. La decisión también tiene que partir de unos principios que el sujeto ha elegido (decisión otra vez) como principios fundamentales de su escala de valores, de su responsabilidad o de su planteamiento ético en la vida. Si estos se tienen en cuenta será una decisión mucho más libre y consecuente (no es lo mismo que predecible) con lo que él quiere ser en la vida. Aquí esta una de las claves de las grandes decisiones de la vida: lo que uno quiere ser en la vida. Una propuesta: no cambies ser por profesión. Atrévete a cambiarlo por feliz, por generoso, por responsable, por solidario, por hermano, por ‘dador-de-amor’…
He decidido no darle, de momento, más vueltas a la rueda de molino a este asunto.

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