Apretar


Quien mucho abarca poco aprieta. Esta es la frase que me da vueltas por la rueda desde hace unos días. Me siento identificado con ella. ¿Por qué? Por la sencilla razón que no aprieto nada. ¿Será por el abarcar excesivo? Probablemente si.
Demasiadas cosas, demasiados frentes abiertos (carpetas dicen algunos ahora que no hay guerras en la proximidad), muchos proyectos diseñados, muchas ideas, excesivos compromisos adquiridos…. ¿Para qué? Para nada, para no terminar nada, para no apretar nada, para generar solamente desengaños alrededor, a los que esperan y a los que afectados por los planes. Ilusiones fundamentadas en alguien que simplemente, como decía un fraile al que quise con locura, que es un hombre fácil, es decir, que no sabe decir que no.
Tengo que decir que no a muchas cosas en mi vida para poder apretar en otras, apretar no para castigar si no para sacar de estas todo el jugo para los otros y para mi mismo. La disponibilidad, que se me supone, no es para decir si a todo. Esta manera de entender la disponibilidad la he convertido en imprudencia, en falta de cálculos, en considerarme ‘superhombre’, en pensar que soy imprescindible. Lo importante es apretar y hacerlo con delicadeza, en el momento justo, con sabiduría, con preparación, con tiempo… para eso dejar, abarcar menos, desprenderse, ser más humilde, delegar, dejar paso, olvidarme y saber que en el no está muchas veces la virtud, que decir no es también vivir la disponibilidad. (No sé si voy a ser capaz).
Estoy cansado de darle vueltas a todo esto, ahora hay que elegir dónde apretar. Me gustaría hacerlo en mi tiempo para sacarle más jugo pero ahí es imposible, no me queda ni tiempo, ni jugo. Buscaré la manera y el lugar donde hacerlo. El criterio no es el famoso ‘me gusta-no me gusta’, el criterio es la voluntad de Dios, es el proyecto de vida, es el compromiso personal, comunitario, profesional, social que uno adquiere. Desde ahí, discernir. Desde ahí, tomar opciones… y apretar.
Estoy pensando….
¿No se referirá el apretar de la frasecita de marras a apretarse uno mismo para dar todo el jugo, para dar la vida? De esta manera también quiero apretar, también quiero seguir dando jugo, también quiero darme cada día. Quizá esta sea la clave: apretarme a mi mismo para darme, ya no dependerá del abarcar (cosas), ahora lo importante es la generosidad en la entrega, en el dar-se.
¿Decidir? ¿Apretar?... ¿Ser?

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