Estar ocupado

Creo que una de las cosas más importantes en la vida es saber ocupar el ocio, el tiempo libre (por favor, que quiten los puentes de los calendarios, no más tiempo libre). Es una auténtica red que atrapa el alma, la mente, el corazón y la vida no saber hacerlo. No tener ‘nada que hacer’ en esos tiempo libres hace que un ‘comecocos’ se apoderé de la mente. Esto no es lo peor puede ocurrir que sea u destrozacorazones’ el que aprieta los sentimientos de tal manera que el ritmo de sus válvulas se acelera de tal manera que parezca que va a explotar. Sentimientos que suben y bajan de los hemisferios a los ventrículos, de los ventrículos a los escondrijos del alma. Es allí donde puede pasar lo peor: el terremoto del espíritu, la tentación de mirar para otro lado, el atreverse a pedir la parte de la herencia y salir corriendo a otras tierras donde no haya miradas, recuerdos, memoria, noches sin oscuridad, luces (aunque sean de neón) siempre encendidas …
¡¡¡Dadme trabajo, por favor!!! ¡¡¡No más tiempo libre!!!
¡¡¡No me dejéis en las manos de los comecocos, destrozacorazones o terremotos!!!
Quiero la tranquilidad de la agenda (sus huecos) llena de cosas. Por favor que vuelva a las cuatro horas de dormir, a la impaciencia de terminar una reunión para comenzar otra, al horario sin segundos vacios donde poder sentarme conmigo mismo y llenarme de los miedos de esos monstruos que acechan lo que soy.
¡¡Marcha!! ¡¡Mucha marcha!!
¿Serían estos miedos a los que se refería el Señor cuando una y otra vez decía ‘no tengáis miedo’? ¿Será posible que tengamos miedo a nosotros mismos? ¿Cómo disfrutar el tiempo libre con el Padre? ¿Por qué me da miedo verme ‘desnudo’ frente a él?
¡¡¡Dadme trabajo, por favor!!! ¡¡¡No más tiempo libre!!!
¡¡¡No me dejéis en las manos de los comecocos, destrozacorazones o terremotos!!!
Quiero la tranquilidad de la agenda (sus huecos) llena de cosas. Por favor que vuelva a las cuatro horas de dormir, a la impaciencia de terminar una reunión para comenzar otra, al horario sin segundos vacios donde poder sentarme conmigo mismo y llenarme de los miedos de esos monstruos que acechan lo que soy.
¡¡Marcha!! ¡¡Mucha marcha!!
¿Serían estos miedos a los que se refería el Señor cuando una y otra vez decía ‘no tengáis miedo’? ¿Será posible que tengamos miedo a nosotros mismos? ¿Cómo disfrutar el tiempo libre con el Padre? ¿Por qué me da miedo verme ‘desnudo’ frente a él?
Comentarios
"No hay mejor compañía que uno mismo, si te llevas bien". ¿David, se lo escuchaste a alguien alguna vez?...ya te diré a quien.
C