CAMINO DE SANTIDAD





El día 14 de noviembre en la Orden Carmelita celebramos la fiesta de Todos los Santos Carmelitas. Es un día de fiesta. La propuesta de nuestra espiritualidad, y el carisma que la plasma, es un camino de santidad. Muchos hombres y mujeres a lo largo de los siglos han hecho de ‘seguir a Jesucristo siendo carmelitas’ un camino de santidad.  Muchos conocidos y muchos más anónimos. Estos últimos han pasado haciendo el bien y han sido reconocidos como ‘santos y santas’ por aquellos con los que han compartido la vida, a los que han servido y que han podido gozar del testimonio de amor y seguimiento de Jesucristo que los llenaba. Este día recordamos a todos ellos. 

Nuestra Regla propone y resume en una pequeña frase en qué debe consistir este camino de santidad: ‘vivir en obsequio de Jesucristo’. Ser seguidores del Señor con la gratuidad y la generosidad que lleva consigo ser un regalo, darse sin medida y en totalidad, ser ‘obsequio’ para los otros, donde Jesucristo se hace presente. La propuesta es hacer de la vida una entrega, un darse sin medida a Dios y a los hermanos. Darse y servir al hermano, al prójimo, al que sufre, al que está cerca, al que se acerca a nuestra vida. La generosidad, la gratuidad llenan de verdad el servicio. El servicio es la mejor manera de hacer real y concreto el mandamiento nuevo y el seguimiento de Jesucristo. La santidad es un don (regalo) que, cuando se descubre, se transforma en una manera de vivir, de entregarse, de estar y ser en el mundo, una manera de servir. ‘El primero entre vosotros que sea vuestro servidor’. 

Un poco más adelante en la Regla se nos pide que la respuesta y el seguimiento a Jesucristo sea ‘con un corazón puro y buena conciencia’. El corazón puro es un corazón sensible a lo que pasa en nuestro mundo, capaz de mirar sin prejuicios al hermano. El corazón abierto a la voluntad de Dios y a la respuesta a la misma con generosidad. Un corazón que deja sitio a la conversión profunda que genera una pronta respuesta a la llamada de Dios. Está disponible a la entrega sin segundas preguntas, sin peros, sin acepción de personas. Este corazón puro ha dejado el centro al mismo a Dios. La buena conciencia se deriva de un proyecto de vida donde Dios y el hermano ocupan los lugares prominentes de la escala de valores. La buena conciencia es la que emana de unos actos donde el Evangelio marca y discierne el hacer cotidiano. 

Así esta historia que comenzó en El Carmelo allá por 1207, se ha llenado de hombres y mujeres, familias, laicos, religiosas, religiosos, monjas, jóvenes, niños, adultos, ancianos… que han vivido ‘en obsequio de Jesucristo’ en la Iglesia y en el mundo vistiendo el Escapulario a propuesta de María. Vestir el Escapulario los ha llevado a hacer del servicio al prójimo y a la entrega a los más necesitados sentido de su vida. Este día 14 de noviembre los carmelitas los recordamos con gozo, son para nosotros motivo de esperanza, con ellos y como ellos es posible vivir el Evangelio. El recuerdo los hace presentes en nosotros, los sentimos caminando a nuestro lado. 


(Publicado en la Hoja de la TOC de Vila-real el mes de noviembre 2023)

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