Para darse
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Ventanas Abiertas (PS) (a)Vicent Tena |
Juan
20,19-23
Al
anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en
su casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró
Jesús, se puso en medio y les dijo: "Paz a vosotros." Y, diciendo
esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de
alegría al ver al Señor. Jesús repitió: "Paz a vosotros. Como el Padre me
ha enviado, así también os envió yo." Y, dicho esto, exhaló su aliento
sobre ellos y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo; a quienes les
perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les
quedan retenidos."
Ven, Espíritu Creador, e
infunde en nosotros la fuerza y el aliento de Jesús. Sin tu impulso y tu
gracia, no acertaremos a creer en él; no nos atreveremos a seguir sus pasos; la
Iglesia no se renovará; nuestra esperanza se apagará. ¡Ven y contágianos el
aliento vital de Jesús!
Ven, Espíritu Santo, y
recuérdanos las palabras buenas que decía Jesús. Sin tu luz y tu testimonio
sobre él, iremos olvidando el rostro bueno de Dios; el Evangelio se convertirá
en letra muerta; la Iglesia no podrá anunciar ninguna noticia buena. ¡Ven y
enséñanos a escuchar solo a Jesús!
Ven, Espíritu de la Verdad,
y haznos caminar en la verdad de Jesús. Sin tu luz y tu guía, nunca nos
liberaremos de nuestros errores y mentiras; nada nuevo y verdadero nacerá entre
nosotros; seremos como ciegos que pretenden guiar a otros ciegos. ¡Ven y
conviértenos en discípulos y testigos de Jesús!
Ven, Espíritu del Padre, y
enséñanos a gritar a Dios «Abba» como lo hacía Jesús. Sin tu calor y tu
alegría, viviremos como huérfanos que han perdido a su Padre; invocaremos a
Dios con los labios, pero no con el corazón; nuestras plegarias serán palabras
vacías. ¡Ven y enséñanos a orar con las palabras y el corazón de Jesús!
Ven, Espíritu Bueno, y
conviértenos al proyecto del «reino de Dios» inaugurado por Jesús. Sin tu
fuerza renovadora, nadie convertirá nuestro corazón cansado; no tendremos
audacia para construir un mundo más humano, según los deseos de Dios; en tu
Iglesia los últimos nunca serán los primeros; y nosotros seguiremos adormecidos
en nuestra religión burguesa. ¡Ven y haznos colaboradores del proyecto de
Jesús!
Ven, Espíritu de Amor, y
enséñanos a amarnos unos a otros con el amor con que Jesús amaba. Sin tu
presencia viva entre nosotros, la comunión de la Iglesia se resquebrajará; la
jerarquía y el pueblo se irán distanciando siempre más; crecerán las
divisiones, se apagará el diálogo y aumentará la intolerancia. ¡Ven y aviva en
nuestro corazón y nuestras manos el amor fraterno que nos hace parecernos a
Jesús!
Ven, Espíritu Liberador, y
recuérdanos que para ser libres nos liberó Cristo y no para dejarnos oprimir de
nuevo por la esclavitud. Sin tu fuerza y tu verdad, nuestro seguimiento gozoso
a Jesús se convertirá en moral de esclavos; no conoceremos el amor que da vida,
sino nuestros egoísmos que la matan; se apagará en nosotros la libertad que
hace crecer a los hijos e hijas de Dios y seremos, una y otra vez, víctimas de
miedos, cobardías y fanatismos. ¡Ven, Espíritu Santo, y contágianos la libertad
de Jesús!
J.A. Pagola
Yo espero
que venga lo nuevo y
novedoso
con el mismo ímpetu, por lo
menos,
con que viene lo que ya
conocemos
y que alguna vez nos ha
tocado
en lo más íntimo
dejándonos heridos e
insatisfechos
y con el espíritu en vilo.
Y espero,
cada vez con más ahínco y
fe,
que no surja de nuestros
estériles proyectos,
ni de nuestros evasivos
sueños,
ni de nuestros recuerdos,
ni de nuestro vientre
yermo,
ni de nuestros defendidos
derechos...,
sino de tus entrañas y
gracia,
o de las nuestras cubiertas
por tu Espíritu.
Yo espero que venga,
gratuitamente, sobre todos,
sin distinción de credos,
de razas y pueblos,
de culturas y sexo...
tu Espíritu y gracia de nuevo...
F. Ulibarri
Cuando acoges al Espíritu
Santo… Ves
Enviados
‘Recibid el Espíritu Santo…’
Para anunciar, para atar, para desatar, para construir, para denunciar, para
caminar, para proclamar, para vivir, para ser, para acercarse, para amar, para
sentir, para mirar, para abrazar, para transformar… Siempre pensando en el
otro, en el que está, vive y es conmigo. El que está a mi lado, el que necesita
ser querido, acogido, transformado, consolado, perdonado, curado… El Espíritu
no es egoísta, no es para mi… es para y con lo otros. Id y anunciad… Id y
perdonar… Id y construir. Mi yo, tocado por el Espíritu Santo, por el amor de
Dios, por Dios hecho presencia real en el hombre, me convierte en abierto,
capaz de darme, dispuesto al cambio, persona en movimiento… Déjate empapar por
el Espíritu Santo, todo será nuevo. Buen domingo.
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Virgen del Carmen Onda · Vila-real |
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