Nace hoy


No es una felicitación de Navidad pero si quiero, con este pequeño apunte en mi Ruedademolino, acercarme a la realidad de la verdadera Navidad hoy.
No hay Navidad sin Dios, no hay Navidad sin hombre. La Navidad es la unión definitiva de estas dos realidades que nunca están separadas, entre las que nunca está rota la relación. Es el Misterio de Dios hecho hombre, del nacimiento de Enmanuel.‘Me hago uno de vosotros para que nunca nadie dude de mi amor por ti’ podríamos decir interpretando a Dios. La iniciativa es de Él, sólo Él que es fiel puede tomar esa iniciativa de venir, nacer, ser, querer, amar y reconocer al hombre como valioso, importante, hijo… Desde Jesús otra manera de entender nuestra relación con Dios… ‘te quiero tanto que me hago como tú’
La religión es la relación personal entre Dios y el hombre. La Navidad es la propuesta, el resumen, la síntesis definitiva de esta verdad. No hay hombre sin transcendencia y el Otro, la divinidad ha creado al hombre por amor y por lo tanto está ahí presente y pendiente siempre. La Navidad, Dios-con-nosotros, es hacer verdad, real y definitivamente esa relación.
¿Dónde nace? En una situación donde cuesta más entender su presencia, donde lo humano está casi desfigurado por la pobreza, por la miseria, por la exclusión. Nace al margen de lo establecido para que sea así: en un establo. Nace entre animales, de mujer y en una familia pero entre animales… en una ciudad o pueblo con las posadas llenas y las puertas cerradas, donde los hogares están ocupados en otras cosas diferentes a la vida, con la oscuridad de la noche que los envuelve… nace ahí, en lo último, donde la dignidad del hombre está rozando la desaparición, donde ‘más bajo no se puede caer’.  Nace para ser auténtica misericordia en medio de ese mundo roto, que echa fuera, que no deja sitio, que olvida al hermano necesitado.
Esto me lleva a preguntarme dónde nacería hoy… Donde la dignidad del hombre está apunto de rebasar la línea de lo permitido, donde deja de ser dignidad y pasa a ser número. En las filas de las marchas de refugiados por media Europa, entre las familias que son tratadas ‘como animales o números’, en esas familias que con un hatillo y mucha esperanza recorren los pueblos opulentos donde vivimos y no son recibidos porque las puertas están cerradas. Nace allí, es allí donde deberíamos ir a buscarlo como pastores desvelados por la urgencia de ser hombres de verdad, de vivir la fraternidad que Dios pide para todos nosotros. Atenticos poblados donde nace en cada tienda fría, llena de humedad, donde el cansancio y la desesperanza parece que ganan…
Nace en las pateras repletas de corazones que laten muy muy rápido para evitar el miedo del mar, el de la noche, el de la playa desierta. Pateras que alguien, inhumano y ruin, llena de hombres y mujeres de los que ha abusado y a los que ha privado de la dignidad y del valor de lo que son con un precio, con una petición deshonesta, con una abuso de poder y fuerza… Allí en medio de esos cayucos repletos de personas que sudan, que tienen miedo, que han arriesgado la vida para vivir con dignidad aunque la tengan que perder a trozos en el camino, allí nace, vive y es.
También entre mujeres que son tratadas como trapos, como objetos de usar y tirar, consideradas posesiones de las que ‘soy dueño y señor y golpeo, maltrato, rompo, hiero o mato porque es mía’. Auténticos ‘establos de animales’ en los que hace falta luz, verdad, justicia… que Él trae. Lugares donde nace y se hace presente para iluminar esas situaciones de muerte donde la dignidad de la mujer ha desaparecido tras las garras y la violencia de un macho deshumanizado y convertido en animal. En estos portales de cada día nace, es ahí donde podemos buscarle y abrazarle…. Esa deshumanización necesita de su presencia, de su nacimiento para que todos podamos descubrir el valor, la relevancia de lo pequeño, de lo débil, de la victima… para que no seamos indiferentes y lejanos.
Es en estos lugares y otros como estos es donde podemos adorar al que viene, donde montar el belén de su presencia, donde la Palabra se hace Luz para que luchemos contra eso que hace que el hombre pierda su dignidad y por lo tanto dificulte la relación con Él. Una palabra para los que vienen: bienvenidos, pasad, es vuestra casa, os hacemos sitio… Una palabra para ellas, que esta Navidad nos recuerda una y otra vez en villancicos, en miradas, en perdones, en abrazos, en disculpas… ternura.

Feliz Navidad a todos, quedémonos con una palabra de esta navidad: con. No por o para nosotros sino CON nosotros. Cercano, al lado, respetando lo que somos, guiando, empujando, quedándose atrás con los que sufren… Nada de miedos, Él está, ha nacido, CON nosotros (mujeres, inmigrantes, refugiados, solos, parados, tristes….) Aprendamos a ser CON los otros. 


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