700
Muchos días sin actualizar
esta página. Vamos a intentar que no sea así de ahora en adelante. Hay que dar
rienda suelta a la ‘ruedademolino’, dejar que el trigo sea machacado
convenientemente y pueda hacerse harina, unas veces amarga y otra materia prima
de un gran pan compartido.
Más de 700 seres
humanos, personas perdidas para siempre en el mar. Jóvenes, mujeres, niños,
adultos que nunca más se supo de ellos. Víctimas de un sueño, víctimas de un
mundo muy mal repartido. Victimas mías por seguir manteniendo en silencio un
privilegio que me ha sido regalado y que yo puedo trocear, dejar, perder en
parte o totalmente para que ese sueño, vivir con dignidad, no tenga como única
salida un viaje a ninguna parte, sin ningún resultado. Víctimas de unas mafias
de auténticos salvajes que han hecho de las personas mercancía, de los seres
humanos productos de compra/venta. Ante estos animales que son capaces de
llenar un barco con 700 personas exijo una respuesta contundente de las
autoridades, una persecución sin compasión de los que se lucran con las vidas
humanas, con los sueños de los que sólo buscan vivir. Víctimas de leyes, normas
y fronteras que los estados organizan para hacer muros y no puentes entre los
seres humanos.
¿Es imposible
vivir? El derecho a a la vida, y una vida digna, debe ser universal. Una vida
entre tu gente, entre tu familia, entre y con los tuyos, se deja parte de este
derecho para soñar con al primera parte: vivir. Y se pierde una y otro en un
viaje inimaginable y casi sin mapa.
No podemos
permanecer indiferentes. Algo hay que hacer aquí y allí. '¿Dónde está tu hermano?' No podemos callar, agachar la cabeza,
mirar para otro lado. La pregunta es hoy, ahora y directa, para ti y para mi...
Que suene fuerte esta palabra: HERMANO. A mis alumnos les explico que
significa la fraternidad y que este es el proyecto de Dios para la humanidad. Ellos
lo entienden con una frase muy sencilla. Fraternidad significa ‘el otro es mi
hermano’. El otro sagrario de Dios en medio del mundo. El otro el de al lado y
el de lejos. El otro con cartera o sin cartera. El otro que tiene y el que
busca. El que sueña y no deja soñar. Este proyecto de Dios no puede construirse
con la indiferencia o con el compartir las migajas, con las verjas o las leyes
de hacinamiento en centros maquillados que son auténticas cárceles para hombres
y mujeres que no tienen ‘papeles’, como si los papeles dieran la dignidad de
hijos, de hermanos…
Hay
responsables, hay culpables. Responsables de lo que ha pasado y de cambiar las
leyes, las normas para que no vuelva a pasar. Hay culpables que deben ser
perseguidos y deben ser juzgados y condenados.
Una última
pregunta para vencer mi indiferencia. ¿Qué pasa con las familias que se han
quedado en la tierra de estas 700 personas? ¿Cuánto les durará las esperanza? ¿Quién
llenará el hueco de su corazón al no recibir ninguna llamada, ninguna noticia…?
¿Cuánto puede durar el deseo y el sueño compartido con el hijo, el nieto, el
esposo, que se fue y no responde y no llama?
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