Países desnudos




No voy a hacer muchos comentarios simplemente copiar un texto de la campaña de 40 días con 40 últimos de este año del día de ayer. Creo que es ejemplarizante y profundamente clarificador de nuestro lenguaje. Mi tarea en Karit-solidarios por la paz, una pequeña ONGD de la Familia Carmelita, me ‘obliga’ a utilizar este lenguaje con frecuencia. Creo que la precisión es una parte importante del uso de las palabras, del uso del lenguaje. Una vez me dijo una amiga que no debía utilizar el termino compartir para hablar de la relación con las personas beneficiarias de un proyecto de ayuda al desarrollo en un país con menos recursos que el nuestro, me pidió que utilizase el verbo devolver para explicar esa acción. Creo que este texto de Gustavo Duch vuelve sobre esa idea de Teresa, mi amiga. Hay países desnudos, con frío, sin lo necesario para vivir con dignidad sus habitantes…Todos estamos en esta situación, algunos no se 'han vestido' desde hace mucho tiempo. 

En los 70 se les conocía como países del Tercer Mundo. Fue entonces también cuando triunfó la película de ciencia ficción Encuentros en la Tercera Fase, y todo nos sonaba parecido: mundos desconocidos, lejanos, ajenos.
Años después llegó el neoliberalismo y se mandó usar aquello de países subdesarrollados. Alguien protestó porque parecía que se hablaba de países en un peldaño inferior, en un peldaño enterrado y subterráneo. Además se observó que esta nomenclatura llevaba a la parálisis, a la resignación.
Entonces se inventó lo de países en vías de desarrollo o países atrasados que ya los colocaba en la carrera, a punto de subir por la escalera del progreso con un final extraordinario, lleno de avances y riquezas a repartir. El Banco Mundial subvencionó las ambiciones y otros planes dictados por el Fondo Monetario Internacional.
Pero no pasó, más bien quienes empezaron ese recorrido, a cada paso que daban más se hundía su escalera. Sus patas estaban situadas sobre arenas movedizas y aún hoy deben pagar por aquellos préstamos y tanta gentileza. Por eso también se les conoce como países endeudados.
Las voces más asépticas y políticamente correctas desenfundaron un nuevo vocablo que no fuera ofensivo y se puso de moda lo de Países del Sur. Pero las leyes cardinales tenían errores: se tropezaron con pobrezas en el norte, en el este y en el oeste; y riquezas tremebundas en los sures, así que se debía buscar otra fórmula.
Por fin alguien atinó: se podría definir la situación de algunos países por las causas que hasta allí le condujeron. Así nacieron los países empobrecidos que tuvo la virtud de señalar con claridad el expolio que hizo de la pobreza espejo de la riqueza. Aún así surgían algunas dudas ¿la pobreza se mide en dólares? ¿Con el Producto Interior Bruto? ¿Quiénes son los verdaderamente pobres?
Mientras estábamos distraídos con esta discusión, a finales de 2008 las mandíbulas financieras no tuvieron piedad geométrica, nigeográfica, y casi todos los países enriquecidos, del Norte, centrales y arriba del todo en las clasificaciones del desarrollo, cayeron a tumba abierta. Sus gobernantes decidieron desproteger a la población para pagar los caprichos de la banca.
Se acabó con el problema filológico, todos, antes y ahora, son países desnudados.
Gustavo Duch

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