No lo conocía de nada. Algo había oído de un cardenal argentino que era jesuita, pero no le dí importancia. Estaba trabajando en mi habitación cuando un hermano de la comunidad me llamó para decirme que habían elegido Papa, que estaban transmitiendo en directo, que iba a salir al balcón en la plaza de San Pedro. Deje mis cosas, eran poco importantes ante tal acontecimiento. Se hizo esperar un poco todavía, estábamos todos esperando. Y salió el Papa Francisco al balcón. No olvidaré jamás lo que vi. Un obispo vestido de blanco, sin ningún otro signo de diferencia que el color de su sotana. Una pequeña, y quizá nerviosa o asustada, sonrisa… Al escuchar sus primeras palabras algo me dio un pellizco en el corazón: ‘habéis ido muy lejos a buscar a vuestro obispo’. Esto me emocionó de tal manera que no lo he olvidado nunca. Es lo que había estudiado en la Universidad Pontificia de Salamanca, en eclesiología, en cristología, en historia de la Iglesia… El Papa es el Obispo de Roma. Este es el t...
"Se preguntarán ¿Por qué habéis permitido esta barbaridad? Queremos progreso sin destrucción". Tenemos que movilizarnos, no podemos quedarnos quietos, no puede pasar desapercibido. Hace unos años todo era protección de la naturaleza, valoración y protección de espacios naturales, convencer a las personas que viven aquí (escribo desde Cantavieja) que era lo mejor, que había que sacrificar alguna cosa que parecía 'progreso' (edificaciones, reconstrucción de viviendas, cercados...) para mantener el patrimonio natural heredado de siglos. Hoy es todo lo contrario, los mismos políticos, las mismas caras. ¿Qué ha cambiado? Ni el espacio, ni las gentes, ni el patrimonio... Yo creo que sé lo que ha cambiado: ha cambiado el interés económico de los poderosos (grandes empresas y fondos de inversión que desconocen nuestra tierra...)que han visto un territorio dócil, unas personas honradas que lo habitan, un espacio que no conoce mucha gente, la pérdida de pocos votos... No quie...
Decir 'te quiero' es poner al otro en el centro, es lanzar un hilo que nos une y no se rompe, invisible a los ojos pero resistente, muy resistente y unido a la raíz. Un 'te quiero' sólo puede ser desde la verdad, es el corazón quien lo siente y la boca solo es la que lo anuncia. Si está vacío de verdad no es 'te quiero', es otra cosa cargada de intereses o de mucho 'bien queda'. Se distinguen bien uno y otro. Tiene fuerza, es capaz de parar una tormenta interior y provocar una calma, de mover una distancia y acercarla, de iluminar una noche. Un 'te quiero' siempre tiene eco, nunca es hueco, en él va la vida, va la historia, va la propuesta de encuentro y cercanía. El eco nos lo recuerda, nos lo acerca, lo hace verdad una y otra vez. Es tan potente que el hielo de una relación se convierte en brisa marina que refresca y prepara un encuentro, aunque la distancia física sea insalvable. No hay vergüenza en el 'te quiero', soy yo quien est...
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