Pedir perdón


Acercarte al otro, al que has hecho daño y mirarle con humildad.
Poner la mano extendida para que el otro pueda tocarte.
Abrir tu corazón sin miedo para que el otro sienta tu latir y se quede.
Agachar la cabeza para que el otro este por encima de ti y poder lavarle los pies.
Escribir en el suelo aquello que quieres que el viento borre y para sentir la tierra (la realidad).
Volver al camino donde el otro está para encontrarte con él y ponerte a su lado.
Decir sencillamente y de corazón ‘te quiero’ después de haber despreciado, humillado o herido.
Mirar a los ojos para que el otro pueda mirarte con la herida que le hiciste, aguantarle la mirada con amor.
Sanar con tiempo y caricias aquello que has estropeado con intención.
Abrazar para dar todo el calor del mundo y dejarte hacer por el otro.
Salir al encuentro del que vuelve y escucharle sin preparar la respuesta.
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