Dos días


Le invitaron a quedarse y se quedó con ellos dos días.
¡¡Que maravilla!! Dos días sólo para ellos.
Te llevo invitando tanto tiempo. Tengo envidia.  Siempre tienes tiempo para los demás. Te sigo esperando. ¿No te gusta mi casa?
La verdad es que la tengo un poco sucia, la mesa llena de papeles desordenados y arrugados, llenos de recuerdos vacíos y olvidados. Pero tú sabes que es tu casa, que la invitación es sincera, ropa por el suelo, la cama sin hacer, un poco de polvo en los rincones y entre los libros.
Necesito que vengas, que te quedes, el testimonio de otros que fueron al pozo y te encontraron no está siendo suficiente para mi sed. Entra, ven, quédate un par de días. Quiero estar a tu lado, renovar la amistad para siempre. Quiero que huela mi casa a ti, para que otros me pregunten por ese olor nuevo cuando me acerque a ellos y poder decirles que es el tuyo, la novedad de tu perfume. Mi cara se llenará de sonrisa, mis ojos se iluminarán de nuevo. Sólo un par de días conmigo y seré nuevo, no necesitaré que otros me hablen de ti. Te habré conocido, amado, abrazado, sentido, disfrutado, gozado, contemplado… Pasa, ven, no tardes, por favor. Sólo dos días parece que es suficiente, no es mucho. Ellos te invitaron, yo también lo hago. Ven, pasa, quédate…
Estoy preparando el sitio, no tardes.
Dos días.
¡¡Que maravilla!!

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
m'agrada i em sento identificada

Entradas populares de este blog

Grito de paz en medio del grito de los inocentes.

El dolor de la víctimas

Dolor compartido