Insatisfechos

 

Nunca estamos contentos...

No sabemos apreciar lo que tenemos y somos, queremos más. 

Nos cuesta mirar alrededor y ver aquello que forma parte de nuestra vida, lo olvidamos, no le hacemos caso. 

Si algo está fuera de nuestro alcance parece que es más atractivo o mejor que lo que ya forma parte de nuestra vida o de nuestro entorno. 

No damos las gracias por lo que somos, por lo que tenemos, por los dones recibidos, por la vida que gozamos... nos parece incompleta. 

Lo de otro siempre es mejor, lo nuestro es poca cosa... 

A veces esta insatisfacción también es con las personas, no son suficientes nuestros amigos, nuestros momentos de encuentro, nuestras relaciones... 

La insatisfacción se cura con una mirada sincera y limpia a nuestro alrededor, con una agradecimiento a cada una de las personas que forman parte de nuestra vida, con apreciar, valorar y amar aquellos que son 'nuestra gente', como dice una amiga, 'los incondicionales'. La satisfacción nos lleva a dar gracias a Dios por cada cosa y al lado de ella, la persona o las personas la hacen posible. Él las ha puesto en nuestra vida para ser por y con ellos. 

Es el amor, el cuidado que recibimos, la compañía que se nos da, el cariño que nos alegra, la amistad que nos abraza... lo que nos llena y da sentido. 

La vida es el regalo, a partir de ella todo lo demás son complementos maravillosos que la engrandecen y por los que hay que agradecer. 

Un abrazo a todos. Estoy contento por y con vosotros y vosotras. Le doy gracias a Dios.