Todos los Santos




Hoy ha sido día de Todos los Santos. Mañana es de difuntos. Es una pena que los juntemos y los confundamos. Sale perdiendo este día maravilloso en la Iglesia, el recuerdo, la fiesta, el gozo, dar gracias... no solo por los santos que ya han muerto sino también por los santos que viven. Los santos no son solo los de las peanas o los altares de los templos, hoy hemos celebrado a TODOS, especialmente los anónimos de más de 2000 años, seguidores de Jesús desde la raíz de su vida, muchos están aquí todavía, a nuestro lado, en medio de la comunidad.

¿Os imagináis esta fiesta en pleno mes de agosto, con los templos llenos de creyentes con deseos de salir a la calle y bailar, y hacer memoria de los que se dan y de los que se han entregado a lo largo de la historia para poder ser lo que somos? Una fiesta de puertas abiertas, de alegría, de reconocimiento, de nombres y nombres, de historias maravillosas... Sería una fiesta de tirar flores para llenar de un olor especial los templos como en las bodas al salir la novia del templo, de charanga, de aplausos, de agradecimientos infinitos... Me gusta imaginar, lo sé. Los santos no están en los cementerios sino en el cielo y en el corazón de la Iglesia, han sido y son piedras vivas del Pueblo de Dios, vivas.
Mañana recordaremos a los difuntos... otro día cargado de vida, la entregada, la compartida, la que echamos de menos compartir con ellos... la que ahora gozan contemplando el rostro de Dios, la Vida con mayúsculas.

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