Rezar



'Cuando recéis, no uséis muchas palabras... ' 

La oración es con el corazón, no con la boca. 
La oración, escuchábamos el otro día (miércoles de ceniza), es en lo secreto. 
La oración, como la viuda, es 'echar todo lo que tenía para vivir'... 

Así la oración es desde dentro, desde lo profundo, en el silencio de la existencia, donde nos jugamos la verdad de la vida, con la desnudez de nuestra pequeñez, con la realidad pura de nuestra identidad... 
La oración es el encuentro intimo con el Otro que me conoce como soy, donde no hay posibilidad de esconderse, de engañar. 
Palabras las justas y a ser posible las de Él. La relación es directa, nos conoce desde 'antes de nacer', le conocemos y le amamos, por eso nos dirigimos a Él diciéndole: 'Padre'. Sabe de nuestra necesidad, como Padre que nos ama. Confiamos en él, como Padre que nos ama. 
Siempre hay momento, siempre hay oportunidad, de convertir nuestro hacer y nuestro vivir en oración sincera, en encuentro intimo, en compartir camino. 
La ausencia de muchas palabras facilita la escucha de la Palabra, la que Él tiene para nosotros. 

(de #BNdiaria)

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