Ella


Está pintando aquí a mi lado, mientras escribo. Estamos oyendo música, ella no conoce el cantautor. Tarareamos la canción, nosotros si la conocemos. Sigue pintando como si fuera lo más importante del mundo, colores, líneas, formas… imaginación. Estamos tranquilos. Hace calor en la habitación. Ella me dijo que estaba desordenada cuando entró, es muy ordenada, una mujer pequeñita. Es verdad, está desordenada, soy así, desordenado, perdido, sin terminar de tirar nada que haga cambiar mi vida. Seguimos juntos, como todo el día, y eso es lo importante. Queremos que no llegue el momento de irse. Se ha pasado el día muy rápido, volando diría yo. Volverán otros domingos. Serán intensos y llenos de colores, como su dibujo, sus formas, sus líneas. Estaremos juntos, mucho más juntos, apretados, abrazados. Poco a poco serán las risas las que nos hagan pintar de fuertes colores las líneas y formas de nuestra vida, aunque perduren los fríos del otoño, como del actual que se acaba. Es el deseo de este adviento que anuncia más arados y podaderas. ¿Y si fuera verdad el anuncio de Isaías? ¡¡¡Que maravilla!!! Nunca más lanzas ni espadas. No pienso en guerras lejanas, pienso en mis lanzas empleadas para las batallas, perdidas hace tiempo, del día a día. Espadas afiladas en forma de palabra más alta de lo normal o fatalmente utilizada para herir al que comparte mesa y cuaderno. Quiero podaderas que cultivan y arados que rasgando la tierra la acomodan para que la semilla crezca. Me volví a ir lejos. Sigue a mi lado, sigue pintando. Que se pare el domingo, que no se termine, que no sea nunca mañana, que no te muevas de esta silla, aunque esté desordenada la mesa. Aquí a mi lado, pintando con los rotuladores que subrayan lo importante o lo que hay que cambiar. Colores vivos que marcan aquello que hay que mudar para que el corazón se convierta en el mejor de los portales para que el Señor que viene, el Señor que se acerca, encuentre el vacío suficiente para hacerse presente y ser sentido. Me gustaría encontrar la manera de vivir el adviento con la alegría, el coraje y la fuerza necesarias para ser instrumento de Navidad a mi alrededor. Sigue la música, otra canción. Es tarde, ya no entra luz por la ventana desde hace un buen rato. Ella está aplicada con su tarea, un color para cada letra. No quiero que se vaya, que se pare el tiempo, que no llegue el lunes de cada semana, la realidad dura e imposible. El tiempo no se para, el dibujo se termina, el cansancio hace mella en ella, quiere irse pero quiere volver. Volverá a ser domingo dentro de poco, pintaremos juntos, tararearemos la música que nos gusta, pasara el otoño y el invierno, en los corazones florecerá una nueva primavera, la sonrisa brotará de tus labios, será el fruto del calor del corazón que busca, ya por fin sosegado, un sitio, una verdad y un sentido. Ella querrá seguir pintando, le encanta. Nuestras risas y músicas llenarán sus dibujos de colores nuevos, de líneas diferentes y formas abiertas preparadas para el encuentro. No dejes de pintar princesa, busca los colores más adecuados para adelantar la primavera que estamos esperando. Sólo tú puedes llenar de color los espacios grises de nuestro corazón. No te canses. Estaremos aquí, a tu lado siempre para que sigas pintando, para des forma a lo que somos y deseamos.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
"...dime dime quien era,quien te mandaba flores por pirimavera,quien cada 9 de noviembre ,como siempre sin tarjeta...."
Cuanta belleza en lo vivido,en lo escrito y en la cancion

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