Nuestro patrimonio de verdad

Quiero publicar esto hoy para unirme a la manifestación que ha tenido lugar en la plaza de mi pueblo. Lo escribí hace tiempo, no lo publiqué siguiendo el consejo de un amigo. Además de esta manifestación me han hecho llegar una mentira: 'la luz será gratis', eso es verdad, pero ya lo es ahora, la del sol que sale para ricos y pobres, para mentirosos y sinceros, para comprometidos y miedosos, la del luz del del astro rey. La energía eléctrica no será gratis, igual que no lo es ahora. 

Este escrito lo escribí hace unos mesas... Esta es mi reflexión a favor del territorio y las personas que de verdad lo aman y lo mantienen y en contra de las mentiras, de los intereses personales y la opción cortoplacista y que solo responde al dicho popular de 'ande yo caliente y ríase la gente'. 

Sé que es un tema polémico en mi pueblo, Cantavieja, al que quiero con locura, donde siempre he deseado volver (ahora que la gente se va de sitios o se retira y dice que volverá). Mi opción es clara: hay que parar estos proyectos que modifican por completo nuestro patrimonio común, nuestro entorno del que hemos vivido y vivimos (me incluyo aunque no viva allí). La modificación del mismo de manera agresiva, totalmente dañina medioambientalmente, completamente 'anti natural' produce una transformación que es irreparable. Sé que voy a tener una fácil y pronta contestación ante la que parece que tenga que callarme: 'tú no vives aquí y no sabes lo que pasa o se necesita' Es cierta una parte, que no vivo allí. Pero no la otra. Sí sé lo que pasa y sí sé lo que se necesita.

Mi pueblo, como otros muchos pueblos, tiene unos intereses creados desde hace mucho tiempo, parece que no se puede discrepar con determinadas opiniones 'heredadas' desde siempre y con una determinado denominador común: el dinero. Sé lo que pasa, solo se puede aceptar determinadas opciones y rechazar otras, la clave no es el análisis sino quién y cómo las proponga. Pasa que se prima solo el 'interés económico a corto plazo', nada de pensar a largo plazo... que fue el interés de los que mantuvieron el bosque de pinos, los cultivos, 'las masadas', la naturaleza... personas, nuestros antepasados, que si creían en el 'largo plazo' de la conservación de un patrimonio heredado y compartido por todos. La mejora de las condiciones de vida, los puestos de trabajo, los ingresos del ayuntamiento... son cortoplacistas, solo dan un poco de pan hoy y algunos. El dinero se lo llevarán 'siempre' las grandes empresas que los montan, sin tener en consideración para nada el suelo donde lo hacen y la propiedad del mismo. Ellos dirán 'hemos invertido' y tenemos que recuperar la inversión. Nosotros 'les damos' regalado el suelo, le patrimonio... y a la larga nos dejarán la basura. 

También sé lo que necesita. ¿Sabéis por qué? Porque quiero a mi pueblo, porque quiero a los que viven allí y los que van a vivir. Quiero a los que montan una pequeña empresa para vivir del campo y lo que él nos da, setas, madera, visitas, paseos, tiempo de descanso, casa rural, visitas guiadas, hotel, restaurante, explotaciones extensivas de vacuno, explotaciones mineras de piedra bien organizadas y con reparación del terreno.... Quiero a los que han decidido vivir en el pueblo, así como está, rodeado de montañas y no de aspas que mueve el viento, rodeado de prados y no de placas solares, rodeado de silencio y no de ruido... Algunos no lo han decidido, vivían allí desde siempre, pero otros si lo han decidido, unos y otros estoy plenamente convencido que quieren el pueblo así, con un entorno envidiable, maravilloso y lleno de posibilidades si lo mantenemos como un tesoro, es nuestro patrimonio más valioso. 

Cuando era niño diseñaron un eslogan sobre El Maestrazgo: 'Donde el silencio habla'. Quiero que siga habiendo silencio para escuchar otras cosas, donde escuchar el viento (no el ruido de los molinos), donde contemplar la naturaleza (no enormes aspas exageradas, auténticos gigantes que contaminan y ahuyentan a los seres vivos). Y quiero hablar y comentar esto porque me sale de dentro y me da miedo perder nuestra identidad.

Alguien un día decidió tirar el arco de entrada al pueblo, era necesario para que pasaran los camiones, para que fuera fácil entrar en coche, para el progreso y el desarrollo del pueblo... ¿Lo tiraríamos hoy? Creo que no. Lo restauraríamos, sería una de nuestras joyas, vendrían a verlo, les encantaría el pueblo por esa parte de nuestro patrimonio. Me acuerdo de ver la plaza pintada de blanco, llena de cal. La restauraron, no hicieron restaurantes o parkin, no dejamos aparcar para poder ser contemplada. Estamos arreglando las calles, empedrando las mismas para mantener el entorno, para que todo tenga una unidad. En el calvario pusimos un campo de fútbol, yo he jugado allí, ahora está restaurado, es una de nuestra joyas arquitectónicas. La iglesia ha tenido siempre la torre, la hemos llenado de posibilidades de disfrutar de lo que és, no se nos ha ocurrido hacer arriba la terraza de un bar... ¿No estará pasando lo mismo con nuestro entorno natural? 

Todo empezó leyendo este artículo sobre la provincia de Teruel en La Razón. 





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