La Pasión




Comenzamos la Semana Santa. Leemos La Pasión en la celebración del Domingo de Ramos. Acabo de hacerlo. En esta semana se sitúan  esos tres días que dan colofón a una vida intensa entregada en tres años que cambiaron el ritmo de la historia. Tres días llenos de momentos de encuentro. Mesas compartidas para siempre. Miradas que transformaron la vida. Palabras sencillas que dejaron huella para siempre en el corazón de la humanidad. Nombres que a su lado ya no han sido anónimos nunca más. Gestos que han pasado a ser actitudes de los que le hemos conocido a lo largo de la historia. No olvidemos nunca que el protagonista de estos días, de esta historia, de la Historia es Él. Parte el pan, lava los pies,  susurra la oído de los que ama, acoge al que le va a traicionar y se deja besar por Él, reza con el corazón roto, se llena de tristeza, mira y perdona al que le niega, afirma ‘yo soy’  con una fuerza que hace temblar al que lo escucha, mira en la distancia a unas discípulas que le siguen en la distancia,  perdona con los brazos abiertos a toda la humanidad, roto de dolor reza a Dios, tiene sed… Un hombre roto, un Dios que se entrega y ama. 

La Pasión  va marcando los pasos de esta semana, nos ayuda a ir caminando como creyentes. Una casa de encuentro en Betania. Un lugar para compartir la cena y una mesa abierta. Un huerto donde descansar y abrir el corazón a la voluntad de Dios.  Un palacio de emboscadas y mentiras. Un Imperio cobarde que se lava las manos ante la verdad. Una calle donde se pasea la injusticia y se cruzan miradas.  Un monte donde se levanta sobre la tierra un Dios roto por el dolor de cada hombre y mujer de este mundo. Un templo que se rasga. Un sepulcro frío que parece cerrado para siempre y el final inesperado… Una mañana llena de luz… Un lugar para encontrarle, nuestra Galilea. 

Comenzamos la Semana Santa. Busca tu lugar, tu personaje, tu palabra, tu situación… y no olvides que el protagonista es Él que te mira cuando reza, cuando es juzgado, cuando carga con su cruz, cuando es elevado sobre el monte, cuando expira y muere… y cuando su luz nos llena de esperanza y vida para siempre

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