ÉL
Marcos 1,7-11
En aquel tiempo, proclamaba Juan: "Detrás de mí viene el que
puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os
he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo." Por
entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el
Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia
él como una paloma. Se oyó una voz del cielo: "Tú eres mi Hijo amado, mi
predilecto."
ESCUCHAR LO QUEDICE EL ESPÍRITU
«Yo os he bautizado con agua, pero él (Jesús)
os bautizará con Espíritu Santo».
Vivir guiados, sostenidos y fortalecidos por su
Espíritu.
La mutación cultural
sin precedentes que estamos viviendo, nos está pidiendo hoy a los cristianos
una fidelidad sin precedentes al Espíritu de Jesús. Hemos de preguntarnos cómo
estamos acogiendo nosotros el Espíritu de Jesús.
En vez de lamentarnos
una y otra vez de la secularización creciente, hemos de preguntarnos qué
caminos nuevos anda buscando hoy Dios para encontrarse con los hombres y
mujeres de nuestro tiempo; cómo hemos de renovar nuestra manera de pensar, de
decir y de vivir la fe para que su Palabra pueda llegar hasta los
interrogantes, las dudas y los miedos que brotan en su corazón.
Antes de elaborar
proyectos pensados hasta sus últimos detalles, necesitamos transformar nuestra
mirada, nuestra actitud y nuestra relación con el mundo de hoy. Necesitamos
parecernos más a Jesús. Dejarnos trabajar por su Espíritu. Solo Jesús puede
darle a la Iglesia un rostro nuevo.
El Espíritu de Jesús
sigue vivo y operante también hoy en el corazón de las personas. Ha llegado el
momento de aprender a ser la «Iglesia de Jesús» para todos, y esto solo él nos
lo puede enseñar.
Se están creando unas
condiciones en las que lo esencial del evangelio puede resonar de manera nueva.
Una Iglesia más frágil, débil y humilde puede hacer que el Espíritu de Jesús
sea entendido y acogido con más verdad.
José Antonio Pagola
Tú,
que no quieres, en modo alguno,
ser
amado contra lo creado,
sino
glorificado a través de la creación entera,
danos,
hoy y cada día:
La
atención a lo real en su riqueza
y
en su compleja diversidad.
El
coraje humilde para decidir y actuar
sin
tener garantizado el acierto
y,
menos aún, el éxito.
La
paciencia para lo que sólo germina a largo plazo,
y
que no está en nuestras manos acelerar.
Un
vivir reconciliado con nuestro cuerpo y espíritu
imprevisibles,
vulnerables, amables.
El
trabajo, con su gozo y su fatiga,
y
el sufrimiento por quienes no pueden trabajar.
Una
apertura sin defensas
a
la presencia de los otros,
que
nos visitan y cambian
si
dejamos que entren con su novedad.
Y
si es necesario, desplázanos, Señor,
de
nuestros caminos y seguridades
y
llévanos por los que Tú conoces y quieres,
para
poder escuchar tu voz de Padre.
Sólo
así entenderemos tu encarnación.
Sólo
así seremos bautizados.
Sólo
así sentiremos que el cielo se abre.
Sólo
así nos llenaremos de Espíritu Santo.
Sólo
así podremos vivir como hijos amados.
F.
Ulibarri
Editorial Verbo Divino - EVD
Él ‘os bautizará con
Espíritu Santo’. La propuesta es clara: no es suficiente una limpieza de cara
para seguir a Jesús. Encontrarse con Él, hacer de Él el sentido de la vida
lleva una transformación interior, un espíritu nuevo, una manera nueva de
vivir. Esa novedad es vivir con su Espíritu siendo anunciadores con de un
espíritu nuevo en y para nuestro mundo. Somos portadores de la fuerza de Él,
Hijo predilecto de Dios, para transformar el mundo. Desde nuestra pequeñez pero
con su fuerza. Acercarse a su Bautismo supone dejarse hacer por Él, ser y vivir
como hombres nuevos, llenos del Espíritu de Dios, hijos que anuncian con lo que
son y viven el Amor del Padre que les ha transformado. Sin verdadera
transformación por Él y su Espíritu Santo no hay novedad en nuestra vida.
Comentarios