El arriesgado viaje de la esperanza



Hoy día 18 de enero se celebra la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado. El Papa Francisco utiliza la expresión que da título a este pequeño apunte en el documento elaborado por él para dicha Jornada.  El Papa propone una reflexión sobre la Iglesia madre de todos. No habría mucho más que explicar y decir. Lugar de acogida, de puertas abiertas, de un puñado de algo para compartir, para dar al que no tiene...
Después de un análisis de la emigración se añaden, casi al final del documento, dos párrafos que deseo transcribir:

A la globalización del fenómeno migratorio hay que responder con la globalización de la caridad y de la cooperación, para que se humanicen las condiciones de los emigrantes. Al mismo tiempo, es necesario intensificar los esfuerzos para crear las condiciones adecuadas para garantizar una progresiva disminución de las razones que llevan a pueblos enteros a dejar su patria a causa de guerras y carestías, que a menudo se concatenan unas a otras.
A la solidaridad con los emigrantes y los refugiados es preciso añadir la voluntad y la creatividad necesarias para desarrollar mundialmente un orden económico-financiero más justo y equitativo, junto con un mayor compromiso por la paz, condición indispensable para un auténtico progreso.

No hay mucho más que decir.
Para la reflexión dejo un vídeo que hay que ver y escuchar muchas veces. La capacidad de cambio que puede producir el pobre y el necesitado…Lo que supone acoger y celebrar con el necesitado… Lo que lleva consigo abrir las puertas de nuestra casa...
 El obispo de Tanger, Santiago Agrelo, expresa muy bien que significa ser emigrante al otro lado de valla y vivir a su lado… 



Me ha parecido maravillosa la campaña de la Conferencia Episcopal... También la dejo aquí para una reflexión tranquila. Es algo que todos podemos hacer, sonreír, acoger, dejar sitio, normalidad, invitar, felicitar...dar igualdad.




Una amiga (Bea) de Facebook escribía esto con lo que estoy completamente de acuerdo….
Nunca he sido capaz de entender bien toda esta historia de fronteras y nacionalidades. No sé a quien pueden beneficiar esas leyes crueles con el genero humano. Yo tengo la ''suerte'' de haber nacido a este lado, ser de raza blanca y europea, por lo que no hay muchas fronteras que se me resistan. Pero cada vez que veo, leo, historias como las muertes por cruzar el Estrecho, los intentos de saltar las vallas, se me revuelve algo muy dentro, y la rabia y la impotencia se apoderan de mi. Y es que no puedo entender como se pueden permitir estas barbaridades, como no nos afectan. Ellos-as, son personas que sólo intentan buscar un futuro mejor, salir de la pobreza, cumplir sus sueños y vivir, o mejor dicho sobrevivir. A diario son victimas de estafadores que les hacen pagar muy caros sus sueños, que los explotan y que ponen en peligro sus vidas. Y cuando llegan a la tierra prometida, al territorio español o italiano, los apaleamos, les metemos en centros, y los volvemos a echar al otro lado sin importarnos si están vivos o muertos, sin pensar en que son personas como nosotros. Eso me hace identificar bastante bien a quienes nos gobiernan, que son expertos en arrancar sueños de raíz.

En un pequeño comentario completaba yo con esto:

La clave es el punto de partida. Este debate hay que llevarlo a la dignidad, a lo que somos... es ahí donde hay que plantearlo, incluso un centímetro más allá de los derechos. La condición, el ser, lo que nos iguala, lo que nos hace ser hombres y mujeres. Soy creyente, esto condiciona mis preguntas fundamentales y mis respuestas... El relato de la creación, etiología de lo que somos, explica la igualdad en el origen, en el ser... siempre pensamos que es un relato para explicar la igualdad del hombre y mujer, pero es mucho más, es la propuesta de un mismo origen para todos. Aquí es donde hay que situar el debate sobre el trato al semejante y donde se descubre que no hay otra respuesta que el amor, es igual que yo, hermano.

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