¡¡Taxi!!



Me gustaría escribir cada día pero las musas se han marchado. Solo me quedan las ganas de búsqueda y el deseo de su encuentro para que abran mi corazón y sienta, exprese, escriba… No hallo nada interesante para compartir, que escribir. Pesimismo tras pesimismo, miedo tras miedo ¿Sé supone que debo sonreír? Debo ser un hombre de esperanza pero (palabra prohibida, lo sé)… Está vacía la ventana. La ruedademolino da vueltas y vueltas pero no muele nada, no están ajustadas las piedras que machacan el grano y la harina se niega a mostrarse, a ser compartida y amasada para darse a los otros… Se seco la fuente que mueve las piedras...
En esta tesitura encontré este dibujo… y me vi a mi mismo sentado en la parte de atrás de un taxi a ninguna parte, de un viaje de vuelta de tantas cosas, de un desasosiego que llena de inquietudes el hoy y desea que el mañana sea un ayer que pasó y no volverá jamás. Una perdida de horizonte que te dejan en las sombras que hacen enloquecer los gestos y palabras.
¿Tiempos felices? Aquellos que se pudieran vivir de nuevo con la experiencia de hoy. Un imposible, por lo tanto. Aquellos que se vivirán sin los miedos que impiden acercarse a ellos. Otro imposible manifiesto. Aquellos por los que ahora y hoy paso pensando en los pasados y deseando los venideros. La imposibilidad del hoy agotador y obligado por las circunstancias. Aquí, allí, volver, caminar… pasar con la sensación de ir corriendo, de pasar por encima sin detenerse para facilitar el Encuentro, de no mojarse al deslizarse por encima de las aguas del día a día enfundado en un traje que me impide empaparme del agua de lo importante… Deseos inalcanzables que el destino y la historia han colocado fuera de lugar y de momento.
¿Delegar el camino de la felicidad a otro conductor? Quizá sea lo mejor… siempre habrá un culpable, un conductor del taxi de la vida, a quien acusar, a quien cargar las culpas de no llegar a ninguna parte o de haberse quedado sin gasolina. Se va más cómodo en el asiento de atrás, siempre es otro el que se pierde, el que tiene que frenar, el que decide… Me cansé de conducir… Me quedo sentado a esperar que me lleve, que me haga llegar al destino…No le he dado ni la dirección, perdí el horizonte. ¿Será el último taxi? 

Comentarios

Julián ha dicho que…
Que difícil es vivir con esperanza en tiempos que invitan a todo lo contrario... Quizás la solución sea intentar encontrar en cada momento aquellas oportunidades que El nos regala, sacar lo positivo de todo acontecimiento... Y si no lo hacemos por nosotros, hagámoslo por aquellos con los que compartimos nuestra vida... Creo que se lo merecen! Un abrazo y no te canses nunca de AMAR (con esperanza de que las cosas pueden cambiar... depende de todos nosotros)...
Vicent ha dicho que…
El tiempo en el que "hayas sido feliz" puede haber pasado pero hay nuevas "direcciones" a las que acudir y reencontrar a "alguien" entre el "tránsito" de tu "ciudad". Seguro que "el mejor tiempo en el que hayas sido feliz" está por llegar. A mi me ha llegado leyendo tu ENTRADA y el comentario de Julián. Ando unos días sopesando la idea, no de ir en el asiento de atrás, sino la de bajarme del taxi. Pero ahora, tras leeros, pienso que igual me conviene buscar más amigos con los que compartir el viaje. ¡Por lo menos me saldrá más barato!
LO QUE SIENTO ha dicho que…
Me apunto a tu taxi, Vicent. No te bajes del taxi, por lo menos camina aunque sea agotado... Si nos bajamos esto no puede ser. ¿Tú crees que será muy caro? ¿Quieres compartirlo conmigo?

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