'Lo nuestro'
En alguna ocasión he defendido que ‘lo nuestro’ es un
posesivo que hace daño a los que tenemos una mentalidad ‘católica’. En una mentalidad abierta, sin límites, con
posibilidad que otros, quizás lejanos y diferentes, ocupen parte de lo que creemos
como propio, ya sean pensamientos o espacios este posesivo hace daño. Lo
posesivo y la propiedad desde Jesucristo parece que debe ocupar un segundo
lugar. El primer puesto lo debe ocupar ‘el otro-el Otro’. No es fácil defender
esta postura cuando te piden la llave de ‘tu’ casa, la utilización de ‘tu’
coche, la compañía generosa a un proyecto, el tiempo no remunerado ni en dinero
ni en reconocimiento personal y algo egolatra… Pero bueno, se hacen pequeños
intentos… y mi experiencia es más positiva que negativa. Es un filón que posibilita miles de acercamientos,
conocimientos, la sensación de sentirse útil, de desprendimiento… todo ello
ayuda a crecer y renovar la fe en el ser humano. Apartar de todo tipo de
planteamiento y discernimiento ese positivo creo que es más evangélico que
usarlo como criterio de la toma de decisiones. Los frutos de una decisión
generosa, me enseñaron una vez, son mayores que los que se hacen desde la
racanería y el egoísmo (yoyismo).
Toda esta introducción para defender lo contrario. Estoy
cansado de escuchar la utilización de todo lo anterior de manera torticera. ¿Por qué? Por algo muy sencillo… estoy cansado
de que me tomen el pelo. Todo ese argumento del primer párrafo puede ser
utilizado para justificar determinadas decisiones que ‘apartan’ (si apartan,
con todas la letras) ‘a lo nuestro’ (actividades propias de la Familia Carmelita ,
de nuestra identidad, de lo que forma parte de lo que somos, les guste o no) de
las actividades de un colegio, de una parroquia, de una comunidad… No se hace
‘lo nuestro’, propio de nuestra identidad y generado con esfuerzo de aquellos
que llamamos hermanos, con la excusa de ser: abiertos, eclesiales, ‘más guapos
que un ocho’, o porque aquí todos somos iguales. No hay muchos argumentos para
rebatir todo esto… callas, aceptas, te enfadas por dentro, aguantas, alimentas
algún ‘demonio’ que te pellizca el costado izquierdo al lado del hígado y…
pasas, miras para otro lado… Incluso hay ocasiones en las que te toca pedir
perdón por las actitudes de alguno de los hermanos egoístas, mal intencionados,
de protagonismo deseado y no reconocido que toman decisiones que hacen daño a
los que dejan su vida porque quieren y cuidan ‘lo nuestro’. Pero de repente
descubres que ese ‘lo nuestro’ se ha cambiado por ‘lo mío’, donde soy el rey,
donde me van a poner medalla, palestra, foto… El ‘demonio’ sigue hurgando la
herida… y descubres que el 'yoyismo', el protagonismo, han dejado a un lado todo
el argumentario sobre la universalidad, la apertura, el evangelio…
Me vais a permitir que sea un cobarde y me calle los
ejemplos ya que sino las parroquias donde no se apoya a grupos muy cercanos o
propios de lo nuestro se darán por aludidas, montarán en cólera, se enfadarán…
o aquellas actividades donde si hay días especiales, locales o recaudación de
fondos, acompañamiento… para ‘mis’ asociaciones, movimientos, amigos… ‘Lo
nuestro’ no vale pero ‘lo mío’ si y mucho.
¡¡Vaya, vaya!! Mejor callar… ¿Verdad?
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