Porcelana


El mejor de los alfareros nos ha hecho como porcelanas únicas e irrepetibles, todas nos parecemos pero cada una es diferente. ¡¡Qué manos más expertas!! Preciosas piezas únicas que se deben cuidar como tales. Cualquier daño es irreparable. Nada de rasguños, nada de violencias, nada de golpes, nada mal entendidos, nada de egoísmos. Mucho cuidado con la manera de cogerlas, tocarlas, manipularlas o incluso acariciarlas. ¡¡¡Cuidado chaval, es niña es única!!! No le pidas nada que ella no quiera.
Siento mucho haber olvidado tantas veces todo esto en la relación con los otros. Mi corazón se llena de temor al descubrir que he hecho algún rasguño por mi egoísmo, por mi interés, por mi falta de tacto, por pensar que todo gira entorno a mi, a alguna de esas maravillosas y preciosas porcelanas. Una ironía que hiere o una propuesta no compartida y medio exigida que hace daño y rompe relaciones o amistades. ¿Cómo subsanar esa herida, ese rasguño? No hay manera, es muy complicado recuperar la belleza de la relación, la totalidad de la obra del alfarero. Me da miedo mirar y ver que mis manos no han sido cuidadosas con la porcelana fina de mis amigos o amigas, de los que me he encontrado en la vida. Siento temor de haber roto parte de la preciosa filigrana que el alfarero, con mucho amor, creó y mostró a este mundo. No puedo devolver esa belleza, no puedo hacer retornar la luz de la sonrisa que llenaba de vida la mejor de las porcelanas y su reflejo iluminaba mi vida.
Algo podré hacer. Creo que si. En primer lugar pediré perdón. Me equivoqué de caricia, me equivoqué de mirada, me equivoqué de postura, me equivoqué de sentido. Aceptaré los posibles silencios o desplantes, fui yo quien los generó. En segundo lugar aprenderé la lección. Me descalzaré ante el otro cada momento como si fuera tierra sagrada. En tercer lugar esperaré a ser llamado, consultado o requerido. No tomaré la iniciativa, esperaré que sea el otro quien me busque. Es el egoísmo el que hace daño, dejaré que sea el otro quien tome la iniciativa. El egoísmo ciega y ensucia el corazón limpio. En cuarto lugar hablaré con el Alfarero para ver como puede arreglar el desaguisado que he producido.
‘Quiero verte porcelana de nuevo intacta, pero sé que es imposible. Quiero borrar la herida que te hice para seguir admirando tu belleza. Quiero dejar mis manos quietas para que no te hagan más daño. Quiero verte porcelana, llena del agua que tantas veces me has dado. Quiero tenerte cerca y disfrutar de lo que eres y tienes. Quiero contemplarte cada día para poder ver en ti las manos del alfarero. Quiero respetarte más que nunca para no hacerte daño de nuevo. Quiero volverte a tener a mi lado y caminar contigo’

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