Acompañados
Dar un paseo y descubrir que en medio de la gente estás muy
acompañado, pese a la indiferencia del
gentío, es una de las sensaciones más
agradables que uno puede tener en la ciudad. Es agradable también perderse en
la soledad de la multitud, en la mirada ausente de los cientos de personas que
puedes encontrarte en el centro de la ciudad el domingo por la mañana, a veces
lo he disfrutado y lo he buscado… pero es mucho más agradable saber que hay
alguien que camina contigo, que te cuenta y a quien cuentas, que te escucha y
al que escuchas, con el ritmo tan acompasado y parejo que casi da lo mismo que haya cientos de personas
o solo el viandante perdido de primera hora de la mañana. Tú no estás solo y la
ciudad se ha hecho pequeña, solo existe el otro y tú, una ciudad de dos abierta
al mundo sin límites que la conversación genera y que los deseos e ilusiones
colorean y adornan. Él y tú, tú y ella, ella y él… dos que comienzan a ser
amigos cargados de confidencias que las calles convierten en fáciles de
compartir ya que guardan el secreto propiciado por el desconocimiento y la
insignificancia que supone ser tan pequeños en tanta inmensidad. Al mismo tiempo
nos vemos importantes ya que las palabras, gestos, miradas y caricias
complacientes y cariñosas del otro nos enriquecen y nos hacen ser únicos, especialmente
para él o ella. Acompañado dejas la
soledad en casa para que sea solo a la vuelta, como decía mi amigo “Román”, la
compañera fiel para la reflexión serena de lo vivido, sentido y compartido.
Compartir la vida es propio de la condición humana, no podemos vivir en la
soledad que aturde y aparta de la felicidad del encuentro. En ese encuentro todo adquiere una luz
diferente y una importancia relativizada por la necesidad y el interés del
otro. Solo así uno es, en la compañía del que te quiere y al que quieres con la
gratuidad propia del darse sin más al otro por lo que es. Volvemos a lo de
siempre, relativizar el yo para vivir con el tú y construir un nosotros que
cambia hasta las entrañas del tú y del yo.
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