No lo conocía de nada. Algo había oído de un cardenal argentino que era jesuita, pero no le dí importancia. Estaba trabajando en mi habitación cuando un hermano de la comunidad me llamó para decirme que habían elegido Papa, que estaban transmitiendo en directo, que iba a salir al balcón en la plaza de San Pedro. Deje mis cosas, eran poco importantes ante tal acontecimiento. Se hizo esperar un poco todavía, estábamos todos esperando. Y salió el Papa Francisco al balcón. No olvidaré jamás lo que vi. Un obispo vestido de blanco, sin ningún otro signo de diferencia que el color de su sotana. Una pequeña, y quizá nerviosa o asustada, sonrisa… Al escuchar sus primeras palabras algo me dio un pellizco en el corazón: ‘habéis ido muy lejos a buscar a vuestro obispo’. Esto me emocionó de tal manera que no lo he olvidado nunca. Es lo que había estudiado en la Universidad Pontificia de Salamanca, en eclesiología, en cristología, en historia de la Iglesia… El Papa es el Obispo de Roma. Este es el t...
Decir 'te quiero' es poner al otro en el centro, es lanzar un hilo que nos une y no se rompe, invisible a los ojos pero resistente, muy resistente y unido a la raíz. Un 'te quiero' sólo puede ser desde la verdad, es el corazón quien lo siente y la boca solo es la que lo anuncia. Si está vacío de verdad no es 'te quiero', es otra cosa cargada de intereses o de mucho 'bien queda'. Se distinguen bien uno y otro. Tiene fuerza, es capaz de parar una tormenta interior y provocar una calma, de mover una distancia y acercarla, de iluminar una noche. Un 'te quiero' siempre tiene eco, nunca es hueco, en él va la vida, va la historia, va la propuesta de encuentro y cercanía. El eco nos lo recuerda, nos lo acerca, lo hace verdad una y otra vez. Es tan potente que el hielo de una relación se convierte en brisa marina que refresca y prepara un encuentro, aunque la distancia física sea insalvable. No hay vergüenza en el 'te quiero', soy yo quien est...
El carmelita recibe y comparte con los hermanos un único carisma común: 'vivir en obsequio de Jesucristo' en actitud contemplativa, que plasma y sostiene nuestra vida de oración, de fraternidad y de servicio (RIVC 4) El 16 de julio se llena nuestro patio de muchos amigos, conocidos, cofrades, terciarios, jóvenes carmelitas, alumnos y alumnas, antiguos seminaristas, exalumnos y exalumnas, algún religioso, autoridades, personas que vienen a celebrar la fe, a escuchar el Evangelio, a dar gracias a la Virgen María o a pedir su ayuda y compañía. Unas y otras son personas con profunda fe que quieren abrir el corazón a Dios y saben que María les ayuda a ello, es puerta que se abre para que así sea, esto les llena de confianza para que lo hagan con verdad… Todos son carmelitas de deseo, de sentimiento, de compromiso, de proyecto de vida, todos.. Cada uno tiene un lugar y una manera de estar en la Familia Carmelita. El día 16 de julio es su día, nuestro día, el día de toda la Familia ...
Comentarios