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Dos maneras de ver la vida

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Dos miradas, dos preguntas, dos centros... desde los que vivir cada día, desde dónde hacer tu proyecto de vida.   En uno el centro soy  yo y todo lo que esto supone, todo los demás está a mi servicio, elijo según lo que me conviene, sin mirar nada más.  En el otro es el otro, el prójimo, y cómo le puede afectar lo que yo decida o haga para que él esté mejor.  En una el otro está a mi servicio, si me molesta no me interesa, que se 'aparte'. Estoy lejos del otro.  En otra me convierto en prójimo, pensando más en el otro que en mi. Mi presencia quiero que sea de ayuda.   Hay que elegir y hay que hacerlo en la vida cotidiana, en la piscina, en clase, en el trabajo, en casa, en un viaje, en una comida, conduciendo... Pensar más en el otro, y en cómo puedo ayudarle más, es lo que va a transformar el mundo, esto se llama compasión. 

Volver

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  "Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias". (Lc 17, 15) Vuelvo para darte gracias, Señor, por tantos momentos y encuentros contigo que me han sanado y me sanan cada día. Estoy aquí delante de Ti, ahora me doy cuenta pero... ¡¡¡hay tantas veces que me olvido de Ti!!! Quiero volver y volver a tu lado, una y otra vez, agradecerte y estar contigo, sé que me estás esperando. Dame la fe para no alejarme nunca de tu lado. Estar contigo es todo.  

Lo inesperado

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.. para cambiar de rumbo.  ... para aprender de nuevo.  ... para dejar lo cómodo.  ... para hacerme preguntas.  ... para mirar desde otro lugar.  ... para no quedarme quieto.  ... para saltar muy alto.  ... para percibir la vida.  ... para ver el otro lado.  ... para perder el miedo.  ... para agradecer lo vivido. ... para acoger lo nuevo. ... Hay que estar preparados. Nunca se sabe pero tenemos que responder con nuestra apuesta por vivir,  aprovechando el momento para mirar de otra manera, agarrarnos fuerte a lo que somos y a los que nos quieren, descubrir que no estamos solos. Lo inesperado también forma parte de lo que somos... Sin miedo.  Si aporta, gracias.  Si asusta, confianza.  Si no sabemos qué, juntos

Las sonrisas

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  ¿Dónde están las sonrisas que nos roban? Está de la foto, y otras muchas, son recuerdos imborrables de momentos únicos donde se dieron con generosidad. Las sonrisas se roban antes de darlas, se roban en el corazón cuando alguien viene camuflado y disfrazado de mi cosas y te las quita del corazón, arrancándolas y haciendo daño. Esas no vuelven, eran mías pero me las quitaron. Alguien ha aprendido el butrón por dónde penetrar y arrancarlas. No quiero cerrarlo del todo ya que de vez en cuando alguien deja ahí un abrazo lleno de calor y verdad, motivo por el cual vuelvo a fabricar sonrisas. Si me voy prisa, antes que se introduzca el ladrón de sonrisas, todavía puedo compartir contigo alguna, sobre todo la que lleva tu nombre, la que preparé con cariño para ti. (Escrito en Facebook el 6 de octubre 2025) 

Obreros de la mies

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  Obreros de la mies.  Trabajadores de la viña.  Seguidores de Jesucristo.  Anunciadores del reino.   Comprometidos con la justicia y la paz.   Portadores de la Buena Noticia.   Discípulos del Señor.   Amigos del 'novio'.   Transformadores de la realidad.   Denunciadores de la injusticia.   Cercanos a los pobres,   a los que lloran, a los que sufren.   Semillas de un mundo nuevo.   Tejedores de fraternidad.   Hombres y mujeres de misericordia.   Brazos abiertos para rehacer relaciones   desde el perdón y la acogida.   Constructores de comunidad y de relaciones justas   entre los hombres y mujeres de este mundo.   Los que quieren a los que nadie quiere.   Pacificadores de conflictos.   Defensores de la dignidad   y de los derechos humanos.   Implicados y comprometidos   con aquellos que viven y son   en los márgenes de la sociedad.   Buscadores de las hue...

¿Por qué?

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El otro día no tenía clase a primera hora en uno de los centros, habían suspendido las clases. Dudé en ir al cole donde comenzaba a las 12, no tenía nada que me obligaba a ir. Podía quedarme en casa y esperar noticias, peticiones o seguramente sustituciones. Sabía que había ausencias. Decidí ir y me hice una pregunta, ¿por qué?  Es mi cole, es mi gente, es mi responsabilidad… y además lo hago a gusto. Hace muchos años, tenía yo aproximadamente 21 ahora tengo 63, creo, le pedí al superior estudiar pedagogía. Me dijo que sí, que podía hacerlo. Me matriculé… ¿Por qué lo pedí? Porque quería ser maestro, profesor, trabajar en nuestros colegios, poder educar siempre como carmelita, proponer cosas que cambiaran el mundo. Con 21 años la utopía era tan real que sin ella faltaba aire. Hoy la utopía es tan pequeña que necesita una pequeña luz de la realidad para existir. Pero tardó mi oportunidad. Llegué cuando tenía más de 40 años. Ahora sigo aquí, no sé cuál es mi sitio, pero sigo aquí. No ...