A veces tenemos miedo hasta de conocernos. Abrir el corazón, dedicar un tiempo al silencio, y mirar más adentro, más profundo... no puede generarnos miedo. Seguramente pasaremos por túneles negros, por historias olvidadas, por profundidades oscuras, por nombres que hieren, por momentos no resueltos, por relaciones que no nos gustan... También hay otras realidades pero esas no dan miedo, sino satisfacción. Es nuestro interior, es nuestra profundidad, es nuestra historia, es nuestra verdad, es lo que somos. ¿Hay algo, alguien o sólo vacío? Hay fondo, hay Alguien, hay unas manos esperando para abrazarnos que nos acogen, que llena de luz ese camino, que quita el miedo, que nos da fuerzas para volver a salir de nuevo a la realidad y al entorno donde somos, vivimos y existimos. Una manos de Padre, unas manos que acarician, una voz que repite 'te quiero'. Nada de miedo a conocernos más, a amarnos más, a llegar al fondo de nuestro ser, de nuestra verdad... en ella e...