RUEDA DE MOLINO

Este año hemos tenido en el convento de los Padres Carmelitas de Vila-real un acontecimiento que ha cambiado la dinámica de la presencia de la Familia Carmelita en nuestra ciudad. El día veintiuno de febrero tuvimos el primer encuentro de todos los que, como miembros de la Familia Carmelita, nos hacemos presentes en medio del pueblo. Nos juntamos para compartir aquello que nos unía, para conocer más al otro, para poder acompañarnos en los procesos que cada uno de los grupos llevamos entre manos. El P. Matías Tejerina, carmelita y prior de la comunidad de Salamanca, animó nuestro encuentro. Como Consejero Provincial responsable del acompañamiento de los laicos impartió una reflexión sobre la importancia del laicado en la Orden, su dimensión internacional y la necesidad de crecer en la misión compartida. Fue el inicio de muchos otros momentos de encuentro que a lo largo del día se produjeron. ¿Quiénes nos encontramos aquella mañana de invierno? En primer lugar un numeroso grupo

Debemos caminar, dice la maravillosa canción de Llach, es la tarea para hoy y para mañana. También fue el quehacer de ayer y de siempre. El camino puede variar, la vida es así. Una propuesta, un sí o un no que hacen que los pasos sigan firmes o arrastrándose por el cansancio o la duda… pero caminar. Pide suerte… yo pido compañía, pido verdad, pido dirección y horizonte. Unos me los tienen que dar y otros pintarlos yo, construirlos yo, decidirlos yo. Quiero caminar. Sé cual es el Camino, la Verdad y la Vida… que no me falte ninguna de las tres cosas en la travesia.  Camino tengo, verdad quizá la vaya perdiendo con la duda y la incertidumbre… La vida quiero derrocharla a borbotones… para el otro. Un verso para concluir: ‘… a pesar de la niebla, debes caminar’  'QUE TINGUEM SORT' Si em dius adéu   Vull que el dia sigui net i clar   Que cap ocell   Trenqui l'harmonia del seu cant   Que tinguis sort   I que trobis el que t'ha mancat en mi