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Mostrando entradas de septiembre, 2011

Detrás del cajón

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Me gustó esta foto. Blancos y azules. Vacaciones y descanso. Me fijé en el cajón blanco a un lado de la foto. Es grande y tapa parte de la playa. ¿Qué habrá detrás? ¿Una historia, una puerta, un mundo, nada, personas, niños jugando, tiempo, sentimientos, una vista preciosa, un encuentro…? Nadie supo como aparecieron allí. Lo vieron y se sentaron delante de él. Los escondía del mundo. Pero los abría a un mundo nuevo. Aquel cajón era la línea entre la realidad y el infinito, entre lo marrón de la arena de la playa y el azul del cielo. Simplemente sentados, sintiendo la respiración del otro, en silencio, oyendo el golpear del agua sobre las rocas, el ritmo pausado del agua salada que mecía los pensamientos limpios de dos que han hecho de su amistad una aventura ...   Unos niños jugando al escondite. Con sus palas y sus cubos recogidos para no dar pistas. Un mundo reducido a lo que ellos están viviendo en ese momento. El cajón, el mar y ellos. Pasa el tiempo y no se dan cuenta. La sombr

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¿Qué pasó en cuatrovientos en la JMJ ? Un agobio tremendo. Lejos de todo, calor, sin saber nada, dejarse llevar, tener fe, sin sitio, buscar de nuevo, exigir, hacer sitio, sed, cansancio, incertidumbre, más calor, esperar, risas, cantos, encuentros, familia, conocer a otros, truenos, lluvia, dudas, ansiedad, buscar respuestas, aguantar, conocerse, compartir, más lluvia, oración, colas, cansancio, reírse de uno mismo, dormir, despertar, mesa, sol, silencio, escuchar… Cuatrovientos es una parábola de la vida de fe, de la vida de respuesta y seguimiento de Jesús. Estábamos allí porque pertenecemos a su juventud, si la de Cristo, sólo Él llama, sólo a Él hay que seguir. Estábamos allí porque estamos locos: 40 grados, casi dos millones de personas, esperar seis horas para rezar un ratito… Estamos locos porque seguimos al más Loco: EL. Decía uno de los jóvenes que no tenía explicación, que se lo dicen que va a estar esperando bajo un sol de justicia para rezar un rato y ni dándole dinero lo

Un verano lleno de cosas

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Ha sido único. No me atrevería a decir inolvidable pero si único. La experiencia vivida este largo verano ha sido irrepetible. Ha sido como la comida china. Una experiencia de sabores encontrados, de mezclas extrañas, de propuestas yuxtapuestas que como agua y aceite cuesta mezclar. Una opción por los pobres clara y manifiesta que se reduce con argumentos también valiosos (¿de verdad?). Una vivencia de Iglesia joven, dinámica, ilusionante, rejuvenecedora que no se entiende bien desde valores que han marcado siempre a la juventud, riesgo, innovación, creatividad por la ausencia de estos en las propuestas. Una novedad de actividad formativa con riesgo y diferencia que hace resurgir fantasmas de comodidad, inmovilismo y apatía. Que indigestión más tremenda. Demasiado agridulce, demasiada comida, demasiados platos, demasiado improvisar. Estoy en proceso de sal de frutas, reposo, dejar pasar el tiempo…

Por empezar

Me gustan los hipopótamos... que le vamos a hacer. Agua, gordos, barro, comer, desorden...